Pues sí, lo que ocurrió con la venta de nuestros respectivos libros nos llevó a organizar varios recitales en Donosita, otra experiencia a tener en cuenta. Entre ellos tengo que destacar el que se hizo en “La Colchonería San Vicente” a cargo de Mª Jesús Balerdi, hermana del pintor Rafa Balerdi. Allí se dio el primero y después en el “Altxerri” con José Cruz Unzurrunzaga como recitador.

Ambos recitales fueron muy emocionantes y la reacción del público fue maravilloso, sencillo, con alma.

Han pasado los años y continúo escribiendo aunque no tanto como yo quisiera por falta de tiempo. Actualmente estoy preparando un nuevo libro poético que no sé cuando saldrá a la luz.

Por el momento, os adelanto uno de mis últimos poemas. Espero que os acaricie el alma.

Mientras poso mis pensamientos en un folio escurridizo

se escucha la banda sonora de “La lista de Schindler”.

Y te digo que el otoño quema el aire alfombrando de las aceras

como el rocío besa el monte verde y los campos cansinos.

El mar estuvo bravo en septiembre,

casi como todos los novenos meses de los años.

La luna va creciendo como quien no quiere la nada,

nos acurruca tiernamente como una madre

que no mata la mirada hacia sus hijos.

Creo que viene un invierno duro,

pero ojalá me equivoque.

Todavía pasean resquicios de calor

y el violín atmosférico va sugiriendo de la notas sigilosas del viento,

del canto del agua que aplaca rociando sensaciones estables,

de lo fugaz de las estaciones que van marcando nuestros recuerdos.

Resulta algo mágico y estremecedor

saber que existe un corazón que palpita,

unos ojos que miran sin buscar nada más,

una sonrisa a quien dedicar en silencio,

una emoción que se desata ante una mirada…

Entonces todas las barreras se rompen,

desaparecen como el vapor insonoro de un sueño.

Surge el milagro de que mis sentidos acaricien tu mente.

¡Hasta pronto, corazones!

Mentxu