La Junta de Extremadura niega la integración a una niña de seis años

Hoy leía esta noticia fechada el 5 de enero del presente año y escrita por Soledad Juáres. Se titula “Elena se queda sin su colegio”.

“En infantil, Elena compaginaba el colegio público ordinario con un aula de apoyo para niños con autismo, pero al pasar a Primaria, la Junta de Extremadura la ha matriculado en un centro de educación especial sin el consentimiento de sus padres.

“Elena llora cada mañana cuando ve a los niños con sus carteras yendo al colegio. No entiende por qué ella no puede entrar en su cole y sus compañeros sí”, cuenta Ana Belén Salas, madre de Elena Pérez, una niña extremeña de seis años que tiene la característica de ser una persona con autismo. Desde los tres años, Elena acudía dos días por semana a clases en un colegio público ordinario y los tres restantes, al Donoso Cortés, único centro público en Cáceres que cuenta con un aula estable con profesionales que atienden a niños con diversidades funcionales.

Pero este curso, la Consejería de Educación de Extremadura matriculó a la pequeña en el Centro de Educación Especial Proa contra la voluntad de sus padres que desean mantener el modelo educativo inclusivo en el Donoso Cortés y que “la niña se integre lo más posible en la sociedad”, declara Ana Belén. La madre añade: “Solo tiene seis años; no se le pueden cerrar ya todas las puertas. Además, está mejorando mucho”. Los padres de Elena han demandado a la Administración por coaccionarles y escolarizar a su hija en un centro que ellos no han elegido.”

Todo mi apoyo a Elena y a sus padres. El modelo educativo inclusivo y la segregación en colegios de educacion especial es incoherente. Sólo hace invisibles a los niños con diversidad incumpliendo la Convención de la ONU sobre los DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL que España ratificó en el 2008.

¡FELIZ SEMANA, CORAZONES!

Mentxu

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