Un ejemplo más

Cada año por estas fechas se gradúan cientos de estudiantes que han conseguido superar el curso y pasar al nivel educativo siguiente. Ángel López abandona las aulas del IES Alhaken II, donde ha cursado bachillerato, para intentar convertirse en un prestigioso abogado y quién sabe si su ambición lo llevará a ser notario.

A priori podría ser una historia más. Una de tantas de cientos, miles, de estudiantes que aspiran a convertirse en universitarios para labrarse un porvenir. Nada más lejos de la realidad. Ángel padece una parálisis cerebral que le impide caminar, hablar y controlar movimientos de cabeza y brazos, aunque conserva intactas sus facultades mentales. Aún así ha sabido superarse día a día hasta conseguir graduarse con un notable de media. Y no ha sido nada fácil.

El joven fue sometido a una complicada y dura operación de columna a principios de curso: una artrodesis de columna para fijar dos piezas óseas anclando su articulación. La intervención duró casi 10 horas y como consecuencia de ella tuvo que permanecer ingresado 25 días en el hospital. Lo más duro para Ángel llegó en la convalecencia, que duró dos meses y conllevó que perdiera el primer trimestre del curso.

La desesperación de Ángel, un joven muy positivo que sólo intenta ser como los demás, no terminó ahí. A partir de febrero empezó a tener unos problemas respiratorios, que se manifiestan en que se le cierra la glotis y se asfixia, consecuencia de los cuales ha llegado a perder en alguna ocasión el conocimiento. Desde entonces, ha padecido una docena de crisis de este tipo.

La Selectividad, próxima meta

A esto se une que tiene la cadera derecha totalmente luxada, lo que le produce unos dolores tremendos pero, a pesar de todo, Ángel ha conseguido, no sin esfuerzo, concluir con éxito segundo de bachillerato, por lo que este mes tendrá que realizar los exámenes de selectividad para los que ya se está preparando.

El caso de Ángel llama especialmente la atención porque su familia inicialmente tuvo problemas para que a éste le adaptaran los currículos escolares y no todos los profesores estaban preparados para ello.

Su discapacidad le afecta al 88 por ciento de su cuerpo, es de grado III y nivel dos de dependencia. Se trata de un alumno con necesidades educativas especiales. Afortunadamente, cuando éstos veían la implicación del niño buscaban las fórmulas para conseguir que Ángel pudiera aprender y examinarse sin ningún tipo de dificultad.

“Realmente tiene un mérito impresionante. Es un caso heroico, digno de admiración. A pesar de todas sus dificultades ha estudiado para recuperar el primer trimestre y finalmente, superando todos sus problemas de salud, que son muchos, ha aprobado el curso con notable”, afirma orgulloso su padre, Ángel Carlos López.

El esfuerzo recompensado

Su madre, Matilde, apunta que el joven está muy contento por haber comprobado que su esfuerzo ha tenido su recompensa. “Es un niño muy optimista que nunca se viene abajo. Sólo se frustra, cuando, al querer ser como los demás, no puede hacer ciertas cosas. Le da rabia no poder ir todos los días a clase, estar con sus compañeros”, afirma.

Los esfuerzos de Ángel, que lo han llevado a acudir al instituto cuando recibía directamente el alta en el hospital, sin pasar por casa, han conllevado que sus padres se hayan tenido que involucrar sobremanera reclamando, por ejemplo, a la administración lo que han creído oportuno para que su hijo no estuviera en desventaja a la hora de estudiar en relación al resto de alumnos.

¡FELIZ SEMANA, CORAZONES!

Mentxu

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