Mujeres con diversidad funcional

Desde SERVIMEDIA: “Las mujeres con discapacidad aparecen como un colectivo especialmente afectado por la pobreza extrema, con una tasa que triplica la del resto de la población, al mismo tiempo que es un 40% más alta que la de los varones con discapacidad; y en las mujeres con discapacidad mayores de 60 años, es prácticamente el doble que la de los varones de esa misma edad”, según el autor del estudio ‘Pobreza y exclusión social de las mujeres con discapacidad en España’, Agustín Huete.

Así lo expuso este miércoles Huete durante un encuentro informativo en la sede de Servimedia, al que acudió también la directora ejecutiva del Cermi, Pilar Villarino. Ambos coincidieron en definir al estudio como “un paso interesante en la apuesta del Cermi por visibilizar las especiales dificultades que la situación de la discapacidad supone para las mujeres”, al tiempo que Villarino reclamó la necesidad de estudios sobre cómo afecta la crisis a las mujeres con discapacidad.

El estudio, promovido por el Cermi, destaca que las mujeres con discapacidad se encuentran sometidas a múltiples factores desencadenantes de exclusión social, entre ellos la pobreza económica, el acceso al empleo, prestaciones, estudios, relaciones sociales (un tercio reconoce no tener oportunidades para hacer nuevos amigos y un 15% dice no tener amigos) y recursos de apoyo.

En España residen más de un millón y medio de personas con discapacidad en riesgo de pobreza, de las que casi medio millón se encuentran en situación de pobreza extrema, es decir, reciben ingresos anuales inferiores a 3.900 euros (2008). En este sentido, Agustín Huete apuntó que este riesgo de pobreza afecta por igual a mujeres y varones con discapacidad, pero “de manera mucho más clara que respecto a la población general”.

Entre otros aspectos, también alertó sobre que la discriminación por género en cuanto a salarios “es muy evidente” para todas las mujeres, y, en cuanto a la situación de inactividad, señaló que “dos tercios de las mujeres en edad laboral se encuentran en esta situación, es decir, fuera del mercado laboral, en un contexto en el que el empleo resulta el principal factor de protección contra la pobreza y la exclusión social”.

Además, otra de las conclusiones que destacó es que las diferencias en los indicadores de exclusión social entre mujeres con y sin discapacidad “son inferiores a las diferencias entre varones con y sin discapacidad”.

Por último, Huete planteó una serie de propuestas para reducir la pobreza y la exclusión de las mujeres con discapacidad, como asegurar el cumplimiento de la Convención de la ONU en relación a sus derechos; fortalecer la inclusión laboral a través de medidas específicas; atender la situación de mujeres mayores con discapacidad que presentan generalmente situaciones de extrema pobreza; o promover el empoderamiento, especialmente en el acceso a espacios de participación ciudadana.

También propuso impulsar medidas especiales relacionadas con pobreza y exclusión social en el II Plan de Acción de Mujeres con Discapacidad 2013-2016 del Cermi; realizar estudios específicos sobre pobreza y exclusión de mujeres con discapacidad en diferentes contextos; promover la renovación y actualización de las fuentes estadísticas sobre discapacidad, y considerar la discapacidad en aquellas fuentes estadísticas relacionadas con la medición de la calidad de vida y/o exclusión social.

¡FELIZ SEMANA, CORAZONES!

Mentxu

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