Sobre la destitución de Enrique Martín Monreal

No soy una fanática del fútbol, no me gusta demasiado, pero el Club Atlético Osasuna siempre me ha llamado la atención por su fuerza, nobleza, entrega y valentía.

Hace casi cinco años conocí a mi pareja, un navarro que le entusiasma dicho equipo, con quien veo casi todos los partidos del Osasuna. Resulta fascinante y divertido visualizar al equipo navarro juntos.

En mí opinión, Enrique Martín Monreal no ha sido un técnico entrenador más, es una persona que sufre y se alegra con su equipo y afición. El corazón de Enrique es noble, inmenso, rojo y que siente los colores de su equipo. Él aportó todo su ser para que Osasuna no bajase a segunda B y consiguió ponerlo en primera división, ¿lo recordáis? El fútbol debería tener memoria, puesto que hay recordar todo lo bueno que ha hecho y no destituirlo tras algunas jornadas sin ganar. Nada está garantizado, la prisa no es buena.

No entiendo por qué le han destituido y entiendo mucho menos la manera en que se le comunicó la noticia, ¿nadie fue capaz de decírselo mirándole a los ojos? Sabiendo cómo siente Enrique al Osasuna, ¿nadie se planteó que una llamada telefónica no era la mejor manera de transmitirle la noticia? Pensémoslo.

En el fútbol lo que interesa son los resultados, ganar, los puntos que se logran pero creo que dicha afición se está deshumanizando y ello, queramos o no, nos pasará factura. Hagamos una limpieza de intereses, pongamos mayor humanidad y respeto en este juego que a tanta gente.

Para terminar, quiero dirigirme a Enrique Martín. GRACIAS POR TODO LO QUE HAS HECHO POR EL OSASUNA Y POR TU NOBLEZA. OJALÁ VUELVAS.

Mentxu

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