Una semana por Marrakech sobre ruedas

Siempre tuve ganas de regresar a África. De adolescente fui de excursión a Ceuta y ya me maravilló su gente y su tierra. Esta vez decidí ir a Marrakech de la mano de Rodrigo de la Agencia Travel Xperience (especializado en viajes para personas con movilidad reducida).

Salimos de Donosti a las 5 de la mañana y cogimos el bus para ir al aeropuerto de Loiu (Bilbao). Allí tomamos un avíón que nos llevó a Madrid y allí hicimos trasbordo para llegar a Marrakech.

Nos fueron a buscar al aeropuerto de Marrakech, Abdeljalil con el chófer de la furgoneta adaptada. Llegamos al riad Tarzout, dejamos las maletas y nos fuimos a comer a la plaza de Jamal El Fna. Es necesario pasar por el zoco y el camino es un poco lioso. Abdeljalil nos acompañó.

La casa es de una persona con discapacidad que vive en Francia, pero el riad Tarzout lo llevan Abdeljalil, Khadyja y su hermana. La actitud de los tres es cordial y servicial.

Es preciso destacar que tienen grúa, silla para ducha y cama eléctrica.

Respecto a los lugares, la plaza Fna merece la pena, pues allí está todo el ambiente, los restaurantes ambulantes, etc. El recorrido de la ciudad se hace entre motos, bicis, carros tirados por burros y personas a pie. Un caos divino pero sin accidentes.

Nos fuimos de excursión con unos amigos con la furgoneta, el chófer y Abdeljalil hasta Essaouira, un pueblo costero precioso y con un puerto con un aroma “embriagador”.

Resulta imprescindible decir que Khadyja es una cocinera que te deja sin palabras y su alegría te acoge incondicionalmente.

En fin, ha sido un viaje estupendo.

Mentxu

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