Buscarle tres pies a Llamp
Buscar los tres pies al gato se dice cuando se tienta la paciencia de alguien, con riesgo de irritarle. A veces también se usa en personas que tratan de probar lo improbable o imposible con argumentos que no se sostienen.
Por lo que parece, el dicho original es buscar los cinco pies al gato. Ya en el siglo XVII, se entendía como “de los que embuestes y sofismos nos quieren hacer entender lo imposible; nació de uno que quiso probar que la cola del gato era pie”.
En La Celestina (s.XV) se lee “nunca busques cinco pies al carnero, pues está averiguado que no tiene más de cuatro”
Un siglo y algo más tarde, Cervantes ya usó en el Quijote la expresión de los “tres pies”, dicho que se usó en obras posteriores.
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Curioso es como muchos abogados y legisladores convierten en derecho y ley evidencias contra natura, y hacen falta muchas voluntades para probar la simple y aplastante verdad. Recomiendo creer en los tres, cinco o mil pies del gato, más que en sus evidentes cuatro patitas, porque la simple verdad no conviene a nadie, no da negocio, ni crea privilegios. La gente llana suele padecer la usurpación a manos de los listos interpretadores de la verdad, que son capacer de volverla del revés y convertirla en única ley.