Una terraza y una mujer furiosa
El gato Llamp propone esta consigna: ESCRIBIR EN LA TERRAZA DE UN BAR
Concretamente en el Okapi (Kasko Viejo de Bilbao), donde durante todo el mes de julio hay una exposición de dibujos de Alberto Muriel. http://www.albertomuriel.es/
En el Cafe-Obrador Okapi, en el número 26 de Belostikale 26, se exponen reproducciones en PVC numeradas, firmadas y limitadas de dibujos de cuaderno, realizadas en su mayoría por las calles de Bilbao durante las sesiones del colectivo Dibuja tolrato sin parar.
Más información en el evento de Facebook.
Si esta terraza os pilla lejos, siéntate ahí, en ese pequeño de la esquina de enfrente que en verano pone esa gran terraza… O cualquiera.
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Aquí dejo el texto que escribí tras ver la exposición.
LA MUJER FURIOSA.
No recuerda por qué. Solo se siente así.
Se acuesta enfadada, duerme inquieta, amanece indignada y, a la que sale a la calle, algo (el excremento no recogido de un perro, la voz estridente de un niño malcriado, un coche mal estacionado que impide pasar con comodidad, las gotas de la ropa colgada sobre sus rizos… ) la pone furiosa. Entonces su mentón se alarga, su pelo se encrespa. Alza la nariz con el orgullo de Cleopatra y clava sus ojos con la determinación del miura que está a punto de embestir a un pelele vestido de luces.
Hoy casi se tropieza por culpa de un gato anaranjado. Mira con recelo a dos chicos que, sentados en el suelo, dibujan. Su orgullo transforma todo su temor en furia contenida y, al pasar, pisa unos lápices de cera que conforman en la baldosa bilbaína un cuadro abstracto, una especie de hematoma morado y verde.
Sigue su camino sin mirar atrás.
Si lo hiciera, tal vez le invadieran recuerdos dolorosos, pues en su piel blanca, casi lechosa, también se han formado demasiado a menudo manchas de colores azulados.
No, no puede mirar atrás. Tampoco quiere pensar qué hará cuando su pareja salga de la cárcel, en tres días, y ella deba volver a reprimir su ira.
- Del pecho a los dientes con un canto
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