De la zanahoria suele decirse que ayuda a broncear la piel y que es buena para la vista, pero más allá de estos efectos, la mayoría de los mortales desconoce la cantidad de beneficios que reporta al organismo.
Al vapor, hervida, cruda, cocida, licuada o simplemente fresca y a bocados, la nutricionista Gabriela Uriarte nos desvela en esta ocasión que la zanahoria forma parte del grupo de alimentos con “efectos prometedores” en la prevención de algunos tipos de cáncer, según la OMS. Junto con las espinacas y los tomates, hortalizas que también contienen carotenoides, sirven para prevenir el cáncer de mama.
Otro informe de la Universidad de Newcastle asegura que, si se cuece entera y después se trocea, contiene un 25% más de falcarinol, un compuesto que protege a la hortaliza del ataque de hongos y que en nuestro organismo actúa como protector ante el desarrollo de ciertos tipos de tumores.
Las zanahorias también mejoran la calidad de la leche materna. El betacaroteno y la vitamina A mejoran la calidad biológica de la leche femenina y, además, comer la zanahoria cruda fortalece los dientes y las encías. Ingerir verduras crudas como la zanahoria mejora el riego sanguíneo bucal y evita que las bacterias se adhieran a los dientes. Además, el flúor, presente en alimentos como las zanahorias, espinacas o manzanas, es un mineral fundamental para mantener en buen estado el esmalte dental y evita la aparición de caries. Los beneficios no se quedan ahí y es que, es diurética y ayuda a la desintegración de los cálculos renales.
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