El ascensor panorámico de la Media Luna, que salva, en Pamplona/Iruña, un desnivel de 20 metros y une el Ensanche con el río Arga a la altura del Club Natación, ha entrado hoy en funcionamiento con el objetivo de hacer de Pamplona una ciudad “más accesible” y más atractiva para el turismo y para el ocio de los propios pamploneses.
Así lo ha señalado la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, durante el acto de inauguración de esta infraestructura, financiada íntegramente por el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local (FEILES), con un importe en este caso de 1,1 millones de euros.
Barcina ha recordado que se trata del quinto ascensor de este tipo que se instala en la vía pública pamplonesa, y en este caso “crea un nuevo punto de visita“, ya que a su labor funcional de salvar más cómodamente un desnivel, une la potenciación del turismo que se espera de esta infraestructura, ubicada entre las murallas de Pamplona y el paseo fluvial del Arga, lugares “emblemáticos” tanto para el turismo como para los propios pamploneses en sus paseos.
En el primer trayecto del ascensor, han viajado la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y la delegada del Gobierno de Navarra, Elma Sáiz, que han podido apreciar la vista panorámica sobre el río Arga.
A partir de esta visita, ha quedado abierta la nueva dotación, que podrá realizar 50 trayectos cada hora (1,6 metros por segundo) con 21 personas por viaje, mejorando la comunicación peatonal entre los barrios.
Según ha indicado el consistorio en una nota, más allá del papel de este elevador como elemento de accesibilidad, esta infraestructura entronca con el cambio emprendido por el Ayuntamiento en esa zona de transición entre Casco Antiguo y II Ensanche y con los trabajos de puesta en valor del patrimonio fortificado.
Estos últimos se iniciaron en esa zona de la ciudad con la instalación de la pasarela peatonal sobre la Cuesta de Labrit y en breve se le unirá la apertura de un Centro de Interpretación de las Murallas de la ciudad ubicado en el interior del fortín de San Bartolomé.
El ascensor está montado sobre una estructura de vigas de acero que en su parte superior sirven de soporte a un tramo de pasarela y en el resto forman el núcleo de comunicación vertical.
La pasarela peatonal, de 20 metros de longitud, que tiene una marquesina de vidrio para proteger a los viajeros de las inclemencias del tiempo, y salva la distancia entre la base del ascensor y el fortín de San Bartolomé donde se apoya.
Esta infraestructura se pone en uso después de obtener la preceptiva homologación, un proceso específico porque la fabricación de este elemento no es parte de un procedimiento en serie, sino que se ha diseñado a medida para el lugar en el que está instalado.
Las mismas fuentes recuerdan que la obra de instalación de este elemento ha incluido la adecuación del lienzo de muralla de la parte baja del fortín de San Bartolomé y del muro comprendido entre ésta y las escaleras de acceso desde la bajada del Labrit.
Asimismo se ha intervenido en unos cien metros de talud bajo la muralla en el parque de la Media Luna (tramo entre el vial de acceso al Club Natación y la nave de la Escuela Taller municipal de Soldadura) para restaurar y equilibrar la composición del talud, establecer un sistema de drenaje y ajardinarlo.
En total se ha actuado en unos 1.550 metros cuadrados.