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La recuperación del Ensanche de Pamplona ya está en marcha

Un solar emblemático del Ensanche de Pamplona/Iruña, el que conforman las calles Teobaldos, Olite, Leyre y Amaya, ha comenzado hoy su transformación con el derribo del 75% de su edificación actual para la construcción de una nueva manzana que albergará 104 viviendas y 240 garajes.

El proyecto ha sido presentado hoy en Pamplona, poco antes del inicio del derribo de los edificios, que afectará a seis de las ocho parcelas de la manzana al no haberse llegado a acuerdo con estos propietarios, por lo que se construirán un total de 25.000 metros cuadrados, 13.000 de ellos destinados a viviendas en cuatro plantas, 10.000 a aparcamientos en tres pisos subterráneos y 2.000 a locales comerciales en planta baja.

El director general de la promotora Deproinmed, Luis Sirvent, ha considerado que en el actual momento “empieza a repuntar el tema inmobiliario” y en Pamplona hay un “agotamiento” de la bolsa de viviendas nuevas, por lo que consideran que es “el momento de empezar” con este proyecto, que ayudará a “regenerar el Ensanche” pamplonés.

La promoción ofrece una variedad tipológica de viviendas de entre uno y 4 dormitorios, entre 40 y 180 metros cuadrados, y sus precios oscilarán entre 240.000 y 480.000 euros, ha señalado.

Firman el proyecto los arquitectos Conrado Capilla y Pucho Vallejo, quienes han explicado que se ha retomado la idea de un patio central, un espacio abierto ajardinado de 750 metros cuadrados, que da vida a la manzana y que comunica a todas las viviendas, como ocurre en muchas construcciones de Berlín, Londres o Munich.

El aislamiento acústico y térmico mediante sistemas y materiales superiores a los exigidos por la normativa, y el bajo coste de mantenimiento de elementos comunes con el aprovechamiento de electricidad autogenerada, son otras de las características de la obra, que durará dos años a partir de su inicio, previsto para después del verano.

El inicio del derribo, a mediodía de hoy, ha despertado expectación en muchos de los viandantes y de vecinos de edificios cercanos, quienes desde el pasado verano han visto cómo se cerraban los bares y locales comerciales que jalonaban los bajos de la manzana, después de que los vecinos hubieran abandonado las viviendas en los últimos años.

EFE:
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