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La seguridad vial es buena en el entorno de los colegios de Pamplona

La seguridad vial es buena en el entorno de los centros escolares de Pamplona, según un estudio de Consumer Eroski realizado en un centenar de centros educativos de diez ciudades españolas.

Las mayores debilidades se concentraron en el apartado de la señalización, según el informe, en el que se recuerda que, según una encuesta de Fomento, cada niño de hasta 14 años se desplaza una media de tres veces al día.

La mayoría de estos viajes son para ir o venir del centro educativo y cuando realizan las actividades cotidianas, y casi siempre se desplazan caminando, por lo que los niños forman uno de los colectivos más vulnerables dentro del espacio público.

El estudio de Eroski Consumer, que se realizó a finales de septiembre, comprobó la seguridad y el tipo de infraestructuras de la zona escolar más inmediata que rodea a un total de 100 colegios ubicados en A Coruña, Barcelona, Bilbao, Logroño, Madrid, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia y Vitoria.

En Pamplona, se inspeccionaron las inmediaciones de diez centros escolares seleccionados de forma aleatoria y su seguridad vial se valoró con un ‘bien’, por encima del ‘aceptable’ de la media del estudio y de Barcelona, Logroño, Madrid, Sevilla y Valencia (con igual calificación).

Sus puntos fuertes se hallaron en materia de movilidad, infraestructura del espacio urbano y en el momento de la hora punta (en los tres bloques lograron un ‘bien’), mientras que sus debilidades se concentraban en la señalización (se quedó en el ‘aceptable’).

En nueve de las zonas escolares analizadas en la capital navarra, se hallaron paradas ubicadas cerca de las inmediaciones del colegio y en todos los casos pertenecían a líneas de autobús urbano.

En seis de los entornos cercanos a los centros estudiantiles analizados en Pamplona se ofrecía la posibilidad de utilizar la bicicleta (había bicicarriles) y en siete había aparcamientos reservados para el transporte privado y escolar colectivo.

Los diez centros disponían de un perímetro totalmente cerrado, ya fuese con vallas o con los muros del propio edificio y en siete de ellos todos los accesos tenían la suficiente anchura para evitar aglomeraciones, pero en tres no contaban con una zona de espera para los alumnos.

Solo en la mitad de las diez zonas analizadas las aceras tenían la suficiente anchura para recorrerlas con comodidad, sin que se produjesen aglomeraciones, pero el pavimento no resbalaba.

En siete ocasiones, se observaron elementos del mobiliario urbano que dificultaban el tránsito de los peatones, como alcorques de los árboles, las farolas y vehículos en doble fila mal colocados.

Para acceder a los diez centros de Pamplona había que cruzar la calzada en algún momento y en todas las zonas estudiadas había pasos de peatones colocados que derivaban a los alumnos directamente al interior del centro.

En casi todas ellas se consideró que la velocidad de aproximación de los vehículos era reducida (excepto en una), a pesar de que en seis de ellas no se vio señalización de limitación de velocidad y en cinco tampoco la indicativa de zona escolar o frecuentada por menores.

Durante la inspección, se produjeron retenciones y atascos de coches en los accesos de tres colegios analizados, aunque no se fue testigo de ocasiones de peligro, según se señala en una nota de Eroski Conmsumer.

EFE:
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