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La lluvia desluce la festividad de San Saturnino

La lluvia ha deslucido este fin de semana la festividad del patrón de Pamplona, San Saturnino, al impedir la celebración de la procesión y con ella la presencia en las calles de la capital navarra de la Comparsa de Gigantes de Cabezudos, uno de los momentos más esperados por muchos pamploneses.

“Es una pena, aquí estamos vestidos de gala, con ilusión por disfrutar del patrón de la ciudad, pero el tiempo no nos ha dejado”, ha declarado a los periodistas el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, quien no obstante ha reconocido que “tampoco es tan extraño que esto pueda ocurrir a finales de noviembre”.

Maya, quien ha remarcado que es “una pena porque es un día bonito con los gigantes y la procesión”, ha deseado que los pamploneses “sigan celebrando cada uno en su buen ambiente familiar o de amigos el patrón de la ciudad”.

La Corporación municipal tenía previsto salir de la Casa Consistorial a las 10.05 horas para dirigirse a la iglesia de San Saturnino y comenzar allí una procesión que iba a concluir sobre las 11.00 horas en el citado templo con una celebración religiosa.

La lluvia que a esas horas caía con intensidad ha llevado a tomar la decisión de suspender la procesión, por lo que el alcalde y los concejales han esperado en el Ayuntamiento hasta minutos antes de las 11.00 horas, cuando todos juntos, se han dirigido directamente a la iglesia.

Pese a las adversas condiciones climatológicas numerosas personas se han acercado hasta la plaza Consistorial preguntando si se iba a mantener la procesión y al saber que no iba a ser así, han esperado hasta ver salir a la Corporación que iba vestida de gala.

En la parroquia de San Saturnino ha tenido lugar una celebración religiosa presidida por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, quien ha recordado que San Saturnino, que era obispo de Toulouse, convirtió a los primeros cristianos de la ciudad, entre los que se encontraba San Fermín,

El arzobispo ha instado en su homilía a mantener “viva la fe”, al tiempo que ha alertado del “culto a los falsos dioses personales”, como “son el materialismo, el placer, el egoísmo, la crítica destructiva, la manipulación, el activismo que embota la vida y la agobia”.

La parte musical ha corrido a cargo de la Capilla de Música de la Catedral y ha contado con la colaboración del Orfeón Pamplonés y la Orquesta Sinfónica de Navarra.

EFE:
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