El Ayuntamiento de Pamplona ha instalado dos pararrayos en un cedro de Aranzadi catalogado como árbol singular y en una sequoia del cementerio.
De esta forma el Consistorio continúa con su proyecto de protección de árboles singulares o con mayor riesgo de sufrir en una tormenta una descarga eléctrica.
El año pasado instaló el primer pararrayos en otra sequoia de la Taconera de 40 metros de altura.
Los colocados ahora protegerán un Cedro del Líbano (Cedrus libani) junto a casa Gurbindo, de 118 años y 27 metros, que pertenece a una especie de forma peculiar y muy escasa que esta zona.
El segundo árbol intervenido es una sequoia (Sequioadendron giganteum) del cementerio municipal, similar a la primera pero en este caso de 27 meros de altura.
En ambos espacios, según precisa el Ayuntamiento en un comunicado, los servicios municipales habían detectado ejemplares de árboles partidos o quemados, un pinsapo en Aranzadi y varios cipreses de la zona del cementerio.
Y es que, pese a la aleatoriedad en las descargas, el Ayuntamiento apunta que al parecer sequoias y cedros sufren la mayor afección, aunque no sea la especie el factor determinante de la susceptibilidad sino otros como la altura del árbol, su localización o ubicación.
El coste de estas tareas de protección ha sido de 9.039 euros en el caso del cedro y de 8.384 euros para la sequoia, y el plan municipal es seguir colocando pararrayos en una docena de ejemplares seleccionados con criterio técnico por su antigüedad, interés relevante, especial altura y riesgo de “voltaje de paso” (cuando el rayo sale por las raíces y se extiende por el suelo con peligro para personas y animales).