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La DOC Rioja, ante nuevos retos como reserva cualitativa y vinos singulares

La denominada “reserva cualitativa” y la nueva modalidad de “vinos singulares” son algunos de los principales retos a los que se enfrenta la DOC Rioja para asegurar su rentabilidad y calidad de los caldos, junto a asignaturas pendientes como una correcta distribución de las nuevas plantaciones.

En el seno del Consejo Regulador está en pleno debate el establecimiento de la llamada “reserva cualitativa”, que trata de evitar los problemas que se generan en años de escasez o de abundancia de uva, ha explicado a Efe Jorge González, representante de la UAGN en la Organización Interprofesional del Vino de Rioja (OIPVR) y en el Consejo Regulador del Vino de Rioja.

González, participante en la jornada “El Vino de Rioja como sector estratégico del agro navarro”, organizada por la UAGN en Pamplona, ha comentado que la “reserva cualitativa” es un sistema utilizado únicamente en Francia que ahora se estudia implantar en el territorio de la DOC Rioja.

De esta forma, en campañas de abundancia de uva, como ocurrió en Navarra hace dos años, los productores guardan una reserva, que en principio no está calificada como de Rioja. En años de escasez, como el actual, se desbloquea esa reserva, que entonces sí se califica como perteneciente a la Denominación.

Con este sistema, ha apuntado, todos los años se puede ofrecer producto suficiente al mercado y se evita que en años de escasez el precio se dispare y que en los sucesivos, debido a la pérdida de clientes, los precios en origen vayan a la baja.

En 2008 ya se intentó implantar este sistema, pero “no funcionó porque no era atractivo”, ya que se aplicó un “desbloqueo colectivo” de las reservas y ahora se quiere permitir un “desbloqueo individual”.

Así, el viticultor que en su finca ha sufrido pedrisco, heladas o enfermedad de la uva y que no llega al cupo asignado podría desbloquear su reserva de forma individual, sin esperar a que la escasez sea general, ha destacado González, que ha afirmado que esta reserva actuaría como “una especie de seguro” para el agricultor.

El representante de la UAGN ha subrayado que, además, toda la trazabilidad de la reserva estaría controlada por los técnicos del Consejo, que garantizarían asimismo que el desbloqueo de una reserva está justificado.

Además, la reserva permitirá mejorar la calidad del vino comercializado cada año, ya que, si una añada es mala, una bodega podría cambiarla por su reserva de calidad de una cosecha anterior, respetando siempre el número de kilos amparados.

Otro de los retos es la nueva tipología de “vinos singulares” que se acaba de aprobar en la Denominación para comercializar vinos de una zona o municipio concreto, que tendrán una mayor exigencia de calidad en cuanto a su elaboración.

Los “vinos singulares” deberán producirse en viñas de más de 35 años, con una producción máxima de 5.500 kilos de uvas tintas por hectárea (6.500 kilos en la actualidad para la DOC) y de 6.922 para las blancas (9.000 kilos actualmente).

En este sentido, González ha asegurado que, “ya que el Rioja a nivel mundial es conocido como un vino muy bueno en calidad y precio, se quiere empezar a luchar con vinos de alto standing, con vinos franceses e italianos, dirigidos al consumidor más selecto, que está dispuesto a pagarlo”.

El tercer frente en el que lucha la Denominación es el de las nuevas plantaciones, cuya regulación proviene Europa, aunque después el Ministerio tiene capacidad normativa para establecer las prioridades en el reparto y esto “está generando bastantes problemas”, ha considerado González.

El Ministerio, ha dicho, “no está actuando correctamente. Lleva una política de parches, cada año aprueba un decreto nuevo viendo que en la práctica la norma se tergiversa y acaban las hectáreas en gente que no se dedica al campo”.

EFE:
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