Tras publicar Anemometroa, Tundra y Ehiza eta nekea, el escritor vizcaíno Igor Estankona firma ahora Iratzeen esporak, un poemario en el que el amor, el desamor y muchos otros mimbres comparten espacio con la crítica social. En el primer poema, que sirve de prólogo y representa toda una declaración de intenciones, el autor advierte de que los textos que componen el libro son sólo esporas de helecho. Estankona quiere así restar grandilocuencia a unos poemas de tono intimista; sin embargo, es el verbo más cercano y pequeño el que logra que los lectores reconozcan como suyas algunas vivencias ó pensamientos. Iratzeen esporak, publicado por Susa, habla de la perplejidad ante la vida, muchas veces evocada como un viaje; se detiene ante la fugacidad del tiempo: noviembre se asoma ya por el verano, observa el poeta. Del mismo modo, reflexiona sobre la escritura misma cuando afirma que ha descubierto que la carne de las palabras es tan clara y dura como el mármol. Pero en Iratzeen esporak, Estankona sabe celebrar también los instantes gozosos, aunque no pueda evitar plantearse en algún poema si es posible que a un día feliz le pueda suceder otro.

Txani Rodríguez