A primera vista este libro del irlandés Patrick McCabe podría confundirse con una novela negra. Lo curioso del caso es que está publicado en una colección, Plata, dedicada en exclusiva a este género. Pero no nos engañemos, aunque en el libro aparezca un asesino en serie y una carrera criminal que se prolonga en el tiempo, Bosque frío es mucho más que una novela de entretenimiento, es uno de los descensos al horror de la pederastia, más abominables, certeros, escalofriantes y fascinantes que uno haya podido leer en años.

La novela se centra en la figura de Redmon Hatch, un periodista irlandés cuarentón que vive en una gran ciudad y que un día retorna al mundo rural, al pueblo donde nació, para escribir un reportaje. Allí volverá a encontrarse con Ned Strange, un viejo violinista, infatigable contador de historias reales e inventadas, que parece ejemplarizar el espíritu de la vieja Irlanda. Ned conquista a Redmon, hasta tal punto que se plantea incluso escribir una biografía sobre el personaje, una especie de canto del cisne de un mundo que está llamado a desaparecer ante el empuje de la modernidad. Hasta que un día Ned es detenido por la violación y el asesinato de un niño. Condenado a cadena perpetua el violinista acabará suicidándose en la cárcel.

A partir de ese momento la vida de Redmon se desquicia. Felizmente casado con una joven a la que dobla en edad y con una hija a la que idolatra, los fantasmas del pasado comienzan a filtrarse en la frágil mente del periodista. Lo que había sido olvidado ó parecían retazos de terribles pesadillas, acaba conformándose como una verdad aterradora: Redmon fue violado reiteradamente en su infancia por uno de sus tíos y su madre pudo haber sido asesinada por su despótico padre. La idílica Irlanda rural, la esencia de una nación, se derrumba ante los ojos del protagonista. También lo hace su vida. Su matrimonio se deshace y su hija es apartada de su lado. Redmon caerá en el infierno personal acosado por el fantasma de Ned Strange que se le aparece en medio de delirios etílicos. A partir de ese momento el protagonista caerá y se levantará en un tobogán de desgracias y de triunfos, reinventándose en cada momento. A veces será un vagabundo y a veces un hombre acaudalado; a veces estará casado y a veces soltero; a veces vivirá como un modesto taxista y a veces como un admirado profesional de la televisión.

La novela de Patrick McCabe, publicada originalmente hace tres años, nos pone frente al pasado más siniestro de la verde Irlanda, el de los abusos, las vejaciones, las violaciones y la pederastia. Un horror que recientemente fue reconocido por el primer ministro irlandés que pidió perdón a sus conciudadanos por la desidia de sus predecesores que, conocedores de la gravedad del problema, no hicieron nada para atajarlo. McCabe bucea como poca gente ha hecho hasta ahora en la mente destrozada de un ser abrumado por los abusos sexuales que sufrió de niño. Un ser que debe desdoblarse en dos para poder seguir sobreviviendo. Cuando su lado amable se impone, la vida es dulce y extrañamente plácida; cuando el monstruo aparece, un torbellino gélido de oscuridad lo envenena todo. Una disección sin anestesia de la locura, un brillante ejercicio de la imaginación, un abrumador ejercicio de estilo: una desasosegante obra maestra.

Enrique Martín