Markus Orths ó el mundo debajo de una cama

Es bueno encontrarse con sorpresas. Las sorpresas animan la vida, sobre todo la de “nosotros los lectores”, que últimamente andamos bastante contrariados con tanto best-seller insulso y tanta narrativa de la nueva era, con tanto argumento trillado y con tanto nombre conocido que vende más por la costumbre que por la calidad.

La sorpresa nos ha llegado esta vez de Alemania, de un autor llamado Markus Orths, muy conocido en su país, y al que aquí descubrimos el año pasado por primera vez cuando se publicó en castellano La mujer travestida, una peculiar aproximación a uno de los mitos que ha dado el País Vasco al mundo, el de la Monja Alférez, Catalina de Erauso. Ahora cambia totalmente de registro para contar una historia contemporánea de pequeño formato que desde un planteamiento inicialmente extravagante se transforma poco a poco en una lúcida parábola sobre los tiempos modernos, la incomunicación y la búsqueda de la felicidad.

Orths cuenta en La camarera (SEIX BARRAL) la historia de Lynn una joven desequilibrada que tras pasar un tiempo en un psiquiátrico comienza a trabajar de camarera en un hotel. Es un trabajo que realiza a la perfección porque la obsesión de Lynn por la limpieza es casi patológica. Pero junto a esta obsesión existe otra, la de intentar LIBRO.La camareraconocer como son las personas que se alojan en las habitaciones que limpia, porque ella es una solitaria incapaz de entablar relación con nadie. Entre limpieza y limpieza Lynn ojea en maletas y utensilios de aseo esas vidas escurridizas. Su pasión se hace tan apremiante que decide, con gran riesgo para su estabilidad laboral, esconderse debajo de la cama de una de las habitaciones, una vez a la semana, para atisbar mejor esas vidas. En esas horas que pasa allí metida, desde que el huésped regresa a la habitación a última hora, hasta que se duerme, Lynn imagina más que ve como son esas personas: un hombre solitario; una pareja que hace planes de futuro; un hombre que hace flexiones y yoga; otro hombre que refunfuña; un hombre invisible que se evapora ante el sonido del televisor; una mujer que duerme; un borracho; una mujer con gripe; un hombre chic; otro hombre apegado a sus negocios; y finalmente una pareja, él un hombre de mundo, ella una prostituta, que utilizan de vez en cuando la misma habitación. La aparición de esta pareja acaba dando un giro monumental al relato, que acaba convertido en una extraña historia de amor.

Markus Orth escribe de manera sencilla, directa y brillante. Sus diálogos son impresionantes, de una viveza sorprendente, parecen recién sacados de la calle con una grabadora. La historia es divertida y triste; también por momentos está cargada de un intenso voltaje erótico. Su protagonista Lynn es patética muchas veces, pero su búsqueda desesperada de la felicidad, a pesar de todo lo que tiene en contra –un pasado marcado por la locura, una madre incomprensible, un terapeuta idiota y un jefe aprovechado-, la agiganta a nuestros ojos. Y luego Orth crea para Lynn una “partenaire” que está a su altura, la joven prostituta Chiara, que vive al día, que se prostituye cuando quiere, que es su propia jefa y que se acuesta sólo con aquel ó aquella que le gusta. La camarera es un sabio y original tratado sobre la soledad, el amor, la locura y “la vida de los otros”. Un escritor de gran talento.

Enrique Martín

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