Los relatos de Ishiguro, el magnífico regreso de un escritor inclasificable

Habíamos perdido la pista de Ishiguro. Desde hace cinco años no ha publicado ningún libro. Y ahora vuelve con un volumen de relatos, lo que nos lleva a pensar que nuestro admirado autor se encuentra en dique seco por alguna razón, que no puede ser su dedicación cinematográfica, ya que solo ha escrito dos guiones en ese tiempo. Les recuerdo la trayectoria de este escritor nacido en Japón pero residente en el Reino Unido desde los seis años. Sus dos primeras novelas hablan de su país natal, de las consecuencias de la II Guerra Mundial y de los artistas del mundo flotante. Fue su tercera novela, Los restos del día, la que convirtió a Ishiguro en una estrella, ayudado por la versión cinematográfica de James Ivory. Una novela tan británica escrita por un oriental, qué sorpresa. Pero Ishiguro no quiere repetirse. Su siguiente trabajo, Los inconsolables, es una muestra de novela centroeuropea donde el protagonista vive agobiado por la amabilidad LIBRO.Nocturnosprimero y el odio después de los habitantes de una ciudad. Seguramente es su obra maestra. Sus siguientes trabajos, Cuando fuimos huérfanos y Nunca me abandones son, aparentemente, trabajos en el límite de los géneros, policiaco el primero, de ciencia-ficción el segundo, pero ambas son novelas muy ambiciosas, muy complejas, muy interesantes. Ishiguro podría haberse limitado a seguir la fórmula de Los restos del día y seguramente habría tenido un éxito continuado. Pero ha preferido arriesgar. Y ahora, en este volumen, presenta cinco novelas cortas que, de alguna manera, se relacionan con la música y con el crepúsculo. En realidad se trataba de encontrar una fórmula para agrupar estos relatos, que si con algo están emparentados es con la obra de la generación anterior de escritores ingleses, los Martin Amis, Julian Barnes, Graham Swift. Ishiguro es algo mas joven que ellos, pero aquí demuestra que tiene muy bien tomada la medida a la escritura de sus mayores. El primer cuento se ambienta en Venecia donde un guitarrista conoce a un crooner en decadencia que mantiene una extraña relación con su esposa y que propone al músico que le acompañe para darle una serenata. ¿Les recuerda algo? Hay aquí un cierto aroma a El placer de los extraños, la novela de Ian McEwan llevada al cine por Paul Schraeder. Las relaciones de los otros cuentos dejaremos que las descubran ustedes. Una vez mas Kazuo Ishiguro demuestra su dominio de la escritura. Todo en estas páginas está bien contado, a la velocidad justa, con las palabras precisas, con el encanto del narrador que no tiene grandes cosas que contar, pero que sabe sacar maravillas narrativas de las pequeñas historias. También practica el noble arte de no cerrar los cuentos sino que permite al lector que imagine lo que puede pasar después con esos personajes. Algunos de ellos reaparecen de hecho en otros relatos. Unos personajes perfectamente trazados aunque marcadamente imperfectos, dubitativos, atrapados en algún momento importante de sus vidas. Ishiguro es capaz de hacernos interesarnos por sus criaturas y después las deja en nuestras manos. Procuren ustedes que en ellas encuentren el calor que se merecen. Después de leer estas páginas solo podemos lamentar que Ishiguro no sea un escritor mas rápido y no nos deje un nuevo libro, por ejemplo, cada dos años, una medida aceptable para nuestra satisfacción. Nocturnos (ANAGRAMA) es quizá un trabajo mas corto, pero no menor.

Félix Linares

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