De cuando Dostoievski dirigía una revista

En diciembre del año 1873, Fiódor Mijaílovich Dostoievski fue nombrado director de la revista conservadora y rusófila El Ciudadano, donde el autor de Crimen y Castigo se reservó una sección propia para hablar, tal y como él manifestó, de todo lo que se le ocurriera o le hiciera pensar. Y lo hizo valiéndose de varios registros, algunos sorprendentes. Aquella sección se llamaba Diario de un escritor y es el germen del voluminoso compendio de textos que dostoievski.CDRPaul Viejo ha editado recientemente para Páginas de Espuma. Ciertas desavenencias con el propietario de El Ciudadano interrumpieron esa tarea que tres años después Dostoievski retomaría en un cuadernillo mensual editado y financiado por él mismo. A lo largo de veintiún números, plasmó, tal y como resume Paul Viejo, todo su pensamiento y sus opiniones, creando un espacio misceláneo donde se permitía cualquier cosa: analizar la política europea o apostillar dejando en entre dicho ciertos aspectos históricos, comentar sucesos cotidianos o realizar crítica literaria. Páginas y páginas en las que se reconocen el genio y la desmesura de Dostoievski.

En los años cincuenta el escritor Cansinos Sáenz tradujo este Diario, pero en esta nueva edición encontramos además, y con buen criterio, toda su obra periodística, una amplia selección de su cuaderno de notas, los apuntes tomados durante su cautiverio en una cárcel de Siberia y un glosario de nombres propios.

Estamos por tanto ante el magnífico legado de uno de los grandes escritores de todos los tiempos; un legado que como se señala en el prólogo, constituye “un documento clave y necesario para la compresión de la historia más reciente de Rusia, de la evolución de una nación, sus conflictos sociales y políticos y también en cierta manera una buena panorámica de la literatura rusa”.

Txani Rodríguez

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