Empezó borrando un nombre obsoleto en la agenda de su móvil. Ya puestos siguió avanzando por la lista y eliminando a todos los que ya no estaban en su vida. Se fue calentando y llegó un momento en el que sentÃa un Ãntimo gozo fulminando contactos. Una cierta sevicia se dibujaba en su boca mientras sus dedos veloces volatizaban, desintegraban, evaporaban y en plena vorágine… sintió un espasmo y se borró.
Roberto Moso
Pingback: BlogsEITB