Gaizka Zabarte y la desaparición como motor literario

Zaharrak ez zuen hil nahi es la primera novela del escritor Gaizka Zabarte, nacido en Zaldibar en 1960. Se trata de un trabajo donde el misterio es el elemento principal y que consigue despertar la curiosidad del lector desde la primera página.  La novela tiene de hecho un comienzo vigoroso. Si no a ver qué les parece: el narrador, Josu Gezeta,  un joven que sobrelleva una vida algo aburrida, recibe a las ocho de la mañana de un sábado, la llamada del enterrador de su pueblo, antiguo vecino además. Se ha puesto en contacto con él para citarle una hora más tarde en el cementerio. Descolocado, el narrador acude finalmente, echando mano de una botella de vino y dispuesto a saber qué desean de él.LIBRO.Zaharrak ez zuen hil nahi

Como no queremos desvelar ningún misterio, solo les avanzaremos que el enterrador le dice que, debido a unas obras, ha entrado en el panteón familiar y que, aquí llega lo bueno, allí no está el cuerpo de su padre.

La sorpresa que recibe Josu Gezeta es mayúscula aunque como apenas guarda recuerdo de su padre no se siente especialmente conmovido;  sin embargo, no podrá evitar la tentación de ir hasta el fondo de la historia. El hilo del que tirar, enseguida lo comprende, es el ataúd y lo que de las conversaciones con su madre y con su tía se pueda desprender. Pero durante la investigación, aparecerán en escena otros personajes que harán aún más atractiva la trama.

Zaharrak ez zuen hil nahi aborda temas capitales como el amor o la muerte, pero también se detiene en la desaparición, en el rastro que dejamos y en cómo se ha tratado esta cuestión en la literatura. En el libro, se mencionan de hecho casos célebres como el de Matías Pascal, de Pirandello.

Sin duda, la desaparición es uno de los asuntos que más y mejor ha  tratado la literatura. Hay casos recientes: Doctor Pasavento de Vila Matas, o Txakur ingelesak, de Lutxo Egia, por ejemplo. En la novela de Zabarte, como decíamos al principio, el misterio tiene gran peso, pero la tensión se mantiene también –y siempre tiene mérito- a través de la voz de un narrador que nos muestra sus titubeos,  sus zonas en sombra, sus deseos y sus temores…, en definitiva, a través de un narrador, en cuya existencia, más allá del papel,  podemos creer ilusionados mientras dure la lectura.

Txani Rodríguez

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