Los libros son tímidos (Periférica) nace de la pasión de su autora, la escritora italiana Giulia Alberico (San Vito Chietino, 1949) por la lectura. En el fondo es un libro de memorias, de recuerdos, que tiene a los libros que más le han marcado en la vida como protagonistas. La escritora era hija de una maestra rural que iba de un pueblo a otro durante la infancia de la autora, una autora que se apasionó tanto por los libros desde niña que aprendió a leer sin ayuda, simplemente porque no podía esperar al día siguiente a que su madre continuara la lectura del libro que le estaba leyendo.

El libro habla por tanto de libros, pero también de la propia Giulia y de su madre y de muchos otros personajes que irán apareciendo y que tienen algo que ver directa ó indirectamente con la pasión lectora de la escritora. Entre ellos están doña Blanca, la dependienta del despacho de periódicos, que vendía también esporádicamente algunos libros; don Giuseppe y don Saturnino, dos curas de pueblo que poseían una biblioteca prodigiosa; el padre, representante de comercio, que devoraba novelas de ciencia-ficción; el tío Incola, el viejo socialista autodidacta; la tía Gesolmina, que alojó a Giulia en los tiempos del instituto; la abuela Laurina, que solo salió una vez de su pueblo a Roma, para ver el Vaticano; Ericle d’Antonio, el maravilloso director del instituto que tanto marcó la vida de Giulia; ó Benito Unci, el apasionado profesor de griego. Todos marcan el paisaje de infancia y primera juventud de la autora y sus lecturas.

Por cierto, el título tiene una explicación que da la propia autora. “Nunca he prestado los libros, me gustaba poseerlos. Los libros son tímidos, pensaba, quieren estar sólo con quien los ha elegido, no le gustan las manos extrañas. Escribía al instante mi nombre, el mes y el año en la primera página, con una caligrafía un poco estudiada, redonda “femenina” . Un libro delicioso que habla de los libros que están “enredados en la vida”.

Enrique Martín