Moby Dick, Hulk, La Matanza de Texas, el Yeti, brujería, sectas satánicas, sacrificios humanos, alienación de masas, reencarnación, muerte, resurrección… Todo esto, y mucho más, lo encontramos en el asombroso cómic Aventuras de un oficinista japonés, también conocido como “¡Nunca fue tan difícil volver a casa después del trabajo!”. Pedazo de obra esta que firma el aragonés José Domingo: año y medio de su vida ha empleado para contar en cien espléndidas páginas las insólitas situaciones a las que se enfrenta un humilde oficinista (japonés para más señas) que, a las cinco de la tarde, sale del trabajo para volver a casa… La predecible rutina de un regreso aburrido se convierte, desde las primeras viñetas, en una alocada explosión de sucesos que obligan al protagonista a correr y correr, huir constantemente de peligros que le salen por todas las esquinas. El ritmo es trepidante, en todo momento ocurren cosas, y nuestro oficinista nipón, como un personaje de videojuego, se las va apañando para superar las diversas pruebas que se le plantean. Si hay que correr, corre; si hay que nadar, nada…. y si hay que morir, resucita, y a continuar la aventura.

El autor de este cómic, José Domingo, ha dado rienda suelta a su imaginación (y a la del lector), fue construyendo su obra sin aferrarse a un guión previo, y el producto de su esfuerzo es un espectáculo visual (sin palabras) en el que todo es posible y nos lo creemos sin buscar explicaciones. ¿Para qué?… Lo que hay que hacer ante este hermoso álbum, publicado por Bang Ediciones, es comprarlo, sentarse tranquilamente, acompañar al oficinista japonés desde la primera viñeta y convertirnos en testigos privilegiados de sus peripecias.

No perdáis la ocasión de hacerlo.

Iñaki Calvo