Jean Echenoz recrea la figura genial y poliédrica de Nikola Tesla

Con Relámpagos el sobresaliente escritor francés Jean Echenoz completa una trilogía que ha dedicado a tres grandes nombres de la historia del siglo XX; tres personas que resaltaron por sus impresionantes logros en el campo de la cultura, el deporte y la ciencia. La primera de las novelas fue Ravel dedicada al gran compositor de música clásica de Iparralde al que se nos presentaba en sus últimos años de vida en el tiempo en el que compuso el inmortal Bolero. La segunda novela fue Correr y la protagonizaba el gran atleta checo Emil Zatopek, el hombre que destrozó todos los récord de media y larga distancia tras la II Guerra Mundial. Y ahora fija sus ojos en la tercera de las novelas en Nikola Tesla, el gran inventor serbio que descubrió el generador de corriente alterna polifásica, que fue un genio de la electricidad y que esbozó miles de inventos que cambiaron el mundo.LIBRO.Relámpagos

Lo primero que destaca de este último libro es que el protagonista no se llama Nikola Tesla, sino Gregor. El autor parece decirnos así que ha fabulado más, que en la biografía del inventor había tantos agujeros que hubiera sido un fraude bautizar al protagonista de la novela con el nombre de un personaje histórico. Y es curioso que sea así porque si algo destaca de Tesla es que fue un hombre muy popular en su época, muy conocido, un auténtico hombre del espectáculo (los magos copiaron sus espectáculos de rayos atravesando un escenario de bobina a bobina, como luego se vieron en las películas de terror de los años treinta). Un hombre que además de desarrollar la electricidad en torno al concepto de corriente alterna, esbozó la radio, el misil, el avión de despegue vertical y el radar. Un tipo alto, guapo, brillante “pico de oro”, pero también asocial, misógino, uraño, arisco, impaciente, de carácter imposible y pésimo en los negocios, que dejó que otros se aprovecharan de sus descubrimientos por no patentar lo descubierto ó por patentarlo mal. Un hombre obsesionado por la limpieza y que se pasaba el día contando cosas, pasos, baldosas, edificios, vehículos, hombres, mujeres y palomas, aves que adoraba hasta el punto de que en sus últimos años abandonado por casi todos y malviviendo en hoteles cada vez más miserables -¡él que había vivido gran parte de su vida en el Waldorf Astoria!- construyó un pequeño hospital de palomas heridas y abandonadas. Un hombre engreído y egoísta que sin embargo quiso encontrar un aparato que produjera energía limpia y gratuita para todos, algo que horrorizaba a sus mecenas, a multimillonarios como George Westinghouse ó J. P. Morgan.

La novela es magnífica, una disección hasta en sus más ínfimos detalles de la biografía de un genio, de un ser excepcional al que su cerebro, su inventiva no dejaba descansar, ni tan siquiera dormir. Echenoz consigue que poco a poco acabemos comprendiendo, compadeciendo y amando a un ser atribulado del que casi todo el mundo se aprovechó. También que entendamos mejor aquella época de finales del siglo XIX y comienzos del XX donde todo era posible, pero donde se creó a sangre y fuego el sistema capitalista más despiadado y salvaje, el que despreciaba la vida humana y el medio ambiente y que solo tenía puestos los ojos en la cuenta de beneficios.  Después de leer este libro, la figura de Nikola Tesla y su tiempo, no nos parecerán lo mismo.

Enrique Martín

3 thoughts on “Jean Echenoz recrea la figura genial y poliédrica de Nikola Tesla

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  2. salva

    Nikola Tesla no inventó la corriente contina, ni siquiera inventó la corriente alterna… Inventó (entre otras muchas cosas) el generador de corriente alterna polifásica…

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