Las fórmulas que consiguen el éxito tienen muchos seguidores. Jean-Christophe Grangé lo sabe bien. Tras llegar a los primeros puestos de las listas de ventas con Los rÃos de color púrpura se ha pasado unos cuantos años repitiendo el esquema, y aculando superventas. Esto ha determinado que otros autores franceses se hayan apuntado a la moda de la novela negra en Francia. Están lejanos ya los dÃas del polar de Manchette, Daeninckx ó Jonquet de gran contenido polÃtico, aquellos que fueron desde los sesenta a los ochenta, aunque todavÃa queda muestras y autores de aquellos dÃas. Pero tras el éxito de Grangé con sus novelas repletas de policÃas apesadumbrados, acusados de brutalidad, de gatillo fácil y explicaciones mas fáciles todavÃa, con su violencia sin medida, con sus significados religiosos, con su herencia de Seven, han aparecido otros escritores dispuestos a compartir las listas de éxito. Afortunadamente no siempre los defectos son de los imitadores y dentro de esos nuevos escritores nos encontramos con Bernard Minier que ha escrito una primera novela muy interesante. Bajo el hielo (Roca) tiene por protagonistas a unos detectives de la policÃa que tienen que descubrir quien ha matado al caballo de un prohombre en un paisaje que recuerda poderosamente al de la primera novela de Grangé: bosques sombrÃos, montañas heladas, pueblos oscuros. Parece poca cosa pero el asunto se irá complicando, los personajes crecen, los culpables aparentes aumentan. Irán apareciendo el millonario, los locos de un sanatorio cercano, una psicóloga que se ocupa de ellos, un gerente misterioso, un alcalde elusivo, un juez entusiasta, unas antiguas colonias, un picadero, otro asunto que ocurre en Toulouse con unos jovenzuelos, mas policÃas, la nieve que cae, el pasado que se precipita sobre el presente, algún intento de agresión a los protagonistas, mas sospechas, la vida privada de los policÃas. Vamos, la dieta habitual en este tipo de narraciones convenientemente condimentada, medida y plasmada. Quizá demasiado larga podemos pensar al ver que la novela desborda con holgura las quinientas páginas. La verdad es que no se nota porque siempre está ocurriendo algo y la escritura es muy ágil y cuando no hay investigación hay melodrama, los personajes están bien definidos y el lector se siente en territorio conocido. Es difÃcil encontrar temas nuevos en géneros tan codificados, y de existir posiblemente no encontrarÃan entusiasmo entre los lectores acostumbrados al tópico bien manejado. Incluso resulta sorprendente que los viejos temas polÃticos hayan pasado al olvido a favor de cuestiones sociales muy de moda en los nuevos tiempos. Pero un buen escritor sabe navegar en todos los mares de la escritura Bernard Minier, a pesar de que esta es su primera novela, sabe tratar bien lo que tiene entre manos. Y también un buen lector se siente cómodo en estas condiciones. Seguramente seguiré leyendo a Minier si es que tiene el suficiente éxito entre nosotros como para que las editoriales sigan traduciéndole. Por cierto, es muy posible que las editoriales tampoco estén muy dispuestas a prestar su apoyo a escritores nuevos que presenten innovaciones radicales. Es lo que hay y con ello tenemos que arreglarnos. Ojalá todos los apaños sean con gente como Bernard Minier. Bajo el hielo se titula su primera novela.
Félix Linares
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