Los terribles e inquietantes teléfonos móviles de Nino Treusch

Reconozco que ojeé este libro por mi tendencia a cargar con cualquier cosa que tenga relación con Alicia en el País de las Maravillas. Pero no encontré a Alicia aquí, aunque sí un país de las maravillas que se parece extraordinariamente a este mundo del que nos hemos rodeado. Así que una vez descubierta la verdadera naturaleza de la primera novela de Nino Treusch me puse a leerla porque no fui capaz, en primera instancia, de descubrir de que se trataba, aunque parecía tener una relación con los móviles, esos aparatitos tan sospechosos. Así pues El conejo blanco (Ediciones B) empieza como una comedia, continúa como un thriller y acaba siendo una tragedia. El autor trabajó en una empresa de telefonía, así que debe saber de lo que habla. El protagonista, como el escritor, trabaja en una empresa multinacional.LIBRO.El conejo blanco En la primera parte de la novela asistimos a sus dificultades laborales, al alejamiento de su familia, ya saben que las reformas laborales nos pueden mandar a trabajar a Laponia, a la extrañeza ante sus superiores, a la locura que supone el trabajo en un lugar donde el objetivo es inconcreto y el esfuerzo titánico, al cuidado por no meter la pata demasiado, al terror de hacer las cosas mal. Todo parece discurrir en la línea de esas novelas inglesas que te cuentan la vida algo descabellada de los tiempos modernos donde hay que hacer cosas indescriptibles para sobrevivir en un tono a mitad de camino entre el drama y la comedia. Nuestro personaje es simpático, atractivo, pasa sus malos momentos, nos pone de su parte. Y le encargan un trabajo más serio y más lejano. Y allí las cosas, además de ser aún más sorprendentes, empiezan a ponerse peligrosas. Entramos en otra fase. Y como me está resultando complicado seguir contando el argumento sin destriparlo lo dejaré ahí. Seguramente la curiosa configuración de esta historia se debe a que su autor no le tiene tomada la distancia al relato, no sabe muy bien por donde conducirlo y va cambiando sobre la marcha. Pero poco a poco se irá sintiendo más seguro y acabará enfilando hacia su objetivo con pulso firme. Lo que quiere el autor es denunciar ciertas prácticas empresariales y científicas que, la verdad, resultan bastante amenazantes. Supongo que esta es una novela que hará las delicias de los adictos a la teoría de la conspiración porque aquí se cuenta una muy buena. Como toda conspiración que se precie tiene a importantes implicados, mucho dinero que ganar y una serie de perjudicados que venimos a ser los de siempre. Así que si pertenecen ustedes a este grupo esta es su novela de cabecera. Si simplemente buscan ustedes una novela muy entretenida con continuas sorpresas, con detalles sociales y políticos y con algunos personajes atractivos, también tiene aquí la oportunidad de encontrarse con un escrito satisfactorio. Y ahora pensemos en lo que va a escribir el autor a continuación, porque aunque no consideremos El conejo blanco la novela definitiva sobre el tema de  los peligros de la telefonía, entre otras cosas porque es un asunto muy poco frecuentado, igual resulta un tema ya acabado para Treusch. Pero puede encontrar otras muchas amenazas para la humanidad sobre las que escribir. Quizá algo sobre los bancos. O los políticos. O ambos. Para entonces, seguramente, Nino Treusch ya habrá conseguido la solidez de escritura necesaria para contarnos el próximo peligro para nuestro futuro con garantías narrativas. Si le sale igual que este libro me encantará leerlo.

Félix Linares

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