Una obra de arte que contiene muchas obras de arte. Es la mejor forma de describir Dorian Grey, la deslumbrante adaptación al cómic de la famosa novela de Oscar Wilde en la que el dibujante vallisoletano Enrique Corominas ha empleado casi siete años de su vida.

Tan largo plazo, impensable en estos tiempos en los que todo transcurre con excesiva velocidad, se lo concedió a Corominas el editor y galerista francés Daniel Maghen. De viaje por España para comprar originales de artistas de cómic (especialidad de su galería parisina), Maghen contactó con Corominas y el flechazo fue instantáneo. Admirado por las obras de este autor, que trabaja sobre todo en el campo de la ilustración, el galerista francés le propuso dibujar un cómic y le dio a elegir el tema. Corominas habló de su libro favorito, El Retrato de Dorian Gray, y el acuerdo se cerró de inmediato. Y además, sin fecha de entrega.

Desde ese momento, Enrique Corominas alternó su tarea de ilustrador con la minuciosa labor de adaptar al cómic la novela de Oscar Wilde. Asumiendo la responsabilidad que supone trabajar sobre una obra compleja y muy conocida, se documentó a fondo sobre el Londres victoriano y sobre los pintores ingleses de aquella época. Amante del cine, revisó las películas que se han hecho sobre esta novela y, poco a poco, procurando ser fiel al texto original y con el aliciente del trabajo sin plazos, Corominas fue dando cuerpo a un cómic espléndido. Cada viñeta, cada página, es un cuadro que merece ser visto con calma. El uso del color, más sombrío a medida que avanza el relato, es otra clave de este cómic. La maestría de Enrique Corominas hace que quedemos atrapados por la historia del joven Dorian Gray, bello y perverso, que logra mantener su belleza mientras los estragos del tiempo y del vicio se reflejan sólo en su retrato.

Este álbum se publicó el año pasado en Francia con gran éxito, lo mismo que la exposición con los dibujos originales. Ahora, llega el turno a la versión en castellano, que publica Diábolo Ediciones respetando la calidad de la edición francesa, con tapa dura, buen papel y lomo de tela. Un excelente cofre con doble tesoro en su interior: el cómic de Dorian Gray y varias ilustraciones que demuestran por qué el vallisoletano Enrique Corominas fue protagonista el año pasado de una exposición en una galería de París a orillas del Sena.

Iñaki Calvo