¿Por qué a él maldita sea? Cuidaba al detalle su alimentación, no tenÃa ningún vicio ni costumbre insanas, procuraba frecuentar espacios abiertos y naturales, hacÃa deporte a menudo. Rumiaba sus turbios pensamientos caminando cabizbajo por su ruta campestre habitual, sin reparar siquiera en el siniestro zumbido de aquellos cables.
Roberto Moso
Pingback: Radio Euskadi