Repasando su vida se congratuló de su sabia prudencia. Qué acertado estuvo cuando supo decir “No” a aquel viaje peligroso. Qué gran decisión no probar aquella droga tan tentadora. Qué profundo alivio cuando supo decir “No” a aquella insinuante y atractiva propuesta sexual. Su vida ha sido el arte de decir que “No”. Y justo ahora, cuando le apetece empezar a decir “Sí”, esa dama sonriente se empeña en llevarle la contraria.
Roberto Moso