Vamos a decir que el nuevo trabajo de Juan Jacinto Muñoz Rengel se titula El libro de los pequeños milagros y lo vamos a dejar así; aunque el título completo es más largo que algunos de los relatos que contiene este volumen. Pero sí añadiremos que en el propio título, -la primera joya que encontramos en esta colección de microrrelatos-, se anuncia que estamos ante un ramillete de cuentos que versan sobre grandes hazañas pero también sobre hechos de apariencia intrascendente. Como señalan en la editorial, en Páginas de Espuma, Rengel ofrece un recorrido que va desde el fondo de nuestros cajones, desde debajo de nuestras camas hasta las galaxias más remotas.
Por empezar por el principio, les diré que este “libro de los pequeños milagros” se abre con el relato Spoilers que es magnífico, la verdad. Lo malo es que mantener un nivel tan alto es muy complicado. Por supuesto, no todos los relatos pueden ser antológicos pero el conjunto que nos trae Muñoz Rengel es más que digno: es ambicioso y estimulante. Estos textos llegan cargados de segundas intenciones, de complicidad, en sus brevedades. Salvo excepciones, la extensión de los cuentos no supera la página y algunos son tan cortos como un par de líneas.
El libro está dividido en tres partes: Urbi, Orbe y Extramundi. En la primera división las historias son, digamos, más terrenales; en la segunda destaca el recorrido por la historia de las civilizaciones que efectúa a través de numerosos relatos y en última, en Extramundi, donde nos habla de extraños y desconocidos planetas. La diversidad de atmosferas, de planteamientos y de escenarios nos da idea de la imaginación poderosa del autor. Pero además el libro está recorrido por la ironía y por la crítica social. Cuestiona por ejemplo la pasividad ante los abusos o los atropellos, la nueva sociedad de la información, la mentira, los dogmas.
Muñoz Rengel se sirve del humor, del terror, de la fantasía, del realismo y del hiperrealismo, de la ciencia ficción, del relato de corte histórico, de fábulas, de alegorías… para trasladarnos cómo ve él el mundo que nos rodea, tanto a ras de suelo como a vista de pájaro… o desde una nave espacial.
Txani Rodríguez