Caitlin Moran ó lo que aguantan las mujeres

Este es un libro que figura en una colección de narrativa, así que resulta lógico pensar que estamos ante una novela. Pero no, se trata de un ensayo autobiográfico, si es que existe esa figura. Para aclarar este lio les diré que se trata de contar la vida de la autora, algunos episodios, dando pie a reflexiones sobre determinados temas. ¿Autoficción, entonces? Pues no de manera manifiesta porque evidentemente la autora no añade nada imaginado a la historia que nos cuenta. En cualquier caso este es un libro excelente, por precisar desde el principio.

Caitlin Moran es periodista y tras un primer escarceo literario, que acabó en nada, decidió contar su vida, y reflexionar sobre ella porque le parecía que contaba con elementos suficientes como para servir de ejemplo en  el mundo de hoy, al menos a las mujeres de su generación. Lo escribió hace tres años, cuando contaba treinta y cinco, cuando ya había reflexionado  sobre los temas aquí abordados, que no son todos los que la vida ofreLIBRO.Cómo ser mujerce. Por ejemplo, resulta sorprendente la ausencia de narración, y pertinentes apuntes, sobre trabajo y sexo. Sabemos, por ejemplo, que Caitlin trabajó en el Melody Maker, aunque no sabemos cómo llegó allí. En otro momento nos cuenta que colabora en The Times. ¿Simultaneó ambos empleos? ¿Los alternó con otras ocupaciones? Lo mismo ocurre con el sexo. La autora habla muy ligeramente de algunos encuentros, menciona a su marido al que solo conocemos por un detalle, de sus hijas, aunque el mejor retrato sea el de su hermana. Y de sexo ni palabra. Contrasta, por ejemplo, con la importancia que da a la depilación, sobre todo la púbica, a la que dedica bastantes páginas. Aunque, ahora que lo pienso, tampoco habla de coches, así que estoy dispuesto a considerar que trabajo y sexo son cosas importantes para los hombres y no tanto para las mujeres.

No me tomen por frívolo, y desde luego no lo hagan con la autora, que comienza su relato en la adolescencia  y llega hasta el momento en que ella comienza a considerarse, algo prematuramente me parece, muy mayor. A los primeros miedos y preocupaciones adolescentes, escritos con cierto humor y autocrítica le siguen cuestiones de mayor calado y posicionamiento más crítico. Y ya en las últimas páginas, Caitlin se lanza a fondo sobre las estupideces del mundo actual, los tópicos patriarcales, las tradiciones insensatas y las mentiras que el poder deja caer sobre nosotros. Se enfrenta a cuestiones espinosas, lleva la contraria a ciertos ideales feministas y lo hace argumentando y desmontando detalladamente las instalaciones que la pereza y la credulidad han colocado entre nosotros.

No es una obra cómoda, seguramente irritará a algunos lectores, también lectoras, pero no se puede decir que la autora no se haya trabajado todas las respuestas. Y lo hace con gracia. No sé, por hablar de cuestiones menores, a mí mismo me parece que yerra el tiro cuando considera a Lady Gaga un emblema del feminismo. No sé lo que opinaría ahora de Myley Cirus. Pero este libro se escribió antes de esos escándalos. Se publicó entre nosotros hace unos meses y sorprende que no haya provocado ninguna polémica. Podría ser que todos estemos de acuerdo con lo que aquí se dice y no es necesario comentario alguno sobre ello. O que ya no nos preocupamos de casi nada. En cualquier  caso algunos de los conceptos e ideas de Cómo ser mujer se quedarán en nuestro cerebro. Y nos harán bien.

Félix Linares

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