El cómic que hoy nos ocupa llama la atención al menos por dos motivos. Primero, porque está publicado por la editorial Txalaparta, que no se prodiga en este campo, y segundo porque es una obra fruto de la colaboración entre la ilustradora Maite Gurrutxaga y la compañÃa de tÃteres de Errenteria, Dejabu panpin laborategia. Y aún habrÃa un tercer rasgo llamativo en esta novela gráfica: que está basada en la obra de teatro El hombre no es un pájaro, llegada de esa tierra marcada por el dolor, la guerra y el exilio que son los Balcanes, la antigua Yugoslavia.
En su estreno como autora de cómic, Maite Gurrutxaga dibuja con delicadeza y suaves colores la historia de Simón, un anciano baserritarra que, tras ser expropiado su caserÃo para construir el tren de alta velocidad, vive como un pájaro enjaulado en un pequeño piso. Y hasta ese lugar, donde Simón sufre y añora cada dÃa su vida en plena naturaleza, llega una enfermera para cuidarle. Es una joven que se llama Selma, es natural de Bosnia y lucha por dejar atrás los horrores de la guerra. Los primeros dÃas de relación entre el anciano y su cuidadora son difÃciles pero, poco a poco, y con la paciencia y la intuición de quien sabe lo que es el sufrimiento, propio y ajeno, Selma consigue acercarse a Simón y con pocas palabras, y muchas miradas y silencios, ambos logran esa complicidad que permite sobrellevar la soledad y la distancia. Una historia sencilla en apariencia, pero que guarda un auténtico tesoro de sentimientos y emociones bajo su superficie.
El hombre no es un pájaro, en efecto, pero siempre ha querido volar y, con alas o sin ellas, todos buscamos para quedarnos esos Nidos-Habiak que dan tÃtulo a este cómic. Una obra para leer despacio. Y también para contemplar, pues hay muchas viñetas sin diálogo que, como en una obra de teatro o en una pelÃcula, lo dicen todo con el gesto o la postura de los protagonistas. Y si deseáis conocer mejor el arte de Maite Gurrutxaga, la dibujante de Nidos, el centro cultural Aiete de San Sebastián acoge hasta el 23 de Marzo del año que viene una exposición con sus ilustraciones.
Iñaki Calvo