Dolores Redondo sorprendió a propios y extraños hacia el mes de marzo de este año por la espectacular campaña de marketing en la que se vio implicada la publicación de su novela El guardián invisible. La donostiarra afincada en la ribera navarra saltó a las primeras páginas de los diarios como el nuevo fenómeno literario de la novela negra en Europa. Los derechos de su libro, sin siquiera haber salido al mercado, fueron comprados para su traducción a diez lenguas e incluso los derechos cinematográficos fueron adquiridos por el productor de las pelÃculas de la trilogÃa Milennium de Stieg Larsson. El libro se convirtió en un best-seller y vendió cien mil ejemplares. Ese libro iniciaba una trilogÃa de novelas de suspense, policÃacas, protagonizadas por los mismos policÃas y su entorno, y que transcurren en el Baztán navarro, de ahà que se conozcan estos libros como la TrilogÃa del Baztán.
El guardián invisible era un buen producto de entretenimiento, en el que una esforzada y atribulada inspectora de policÃa se enfrentaba a un asesino en serie que aterrorizaba una comarca rural, utilizando algunos elementos que le relacionaban con las leyendas y la mitologÃa de la zona. La inspectora, Amaia Salazar, miembro de la policÃa foral navarra, buscaba y encontraba en Elizondo y su entorno a un asesino de adolescentes, casi niñas, al que se bautizaba como Basajaun, curiosamente en la mitologÃa vasca el duende bueno del bosque, el que cuida de la naturaleza. La novela dejaba sin embargo algunos interrogantes, algunas claves que, se hacÃa palpable, iban a ser el engarce de los tres libros.
En Legado en los huesos, Amaia Salazar acaba de ser madre y no acaba de encajar perfectamente sus nuevas obligaciones con las que tiene como policÃa. Además el pasado sigue persiguiéndola, un pasado personificado en una madre demente que se las hizo pasar canutas en la infancia. La inspectora Salazar se verá envuelta en un nuevo caso en el que varios asesinos, aparentemente sin ninguna ligazón entre ellos, comienzan a asesinar a sus parejas ó ex parejas siguiendo un rito común. ¿Puede haber una mente que engarce estos crÃmenes? ¿Puede haber un Tarttalo que con su ojo monstruoso lo controle todo? La peculiar percepción que Amaia Salazar tiene del mundo, sus extraños sueños que entroncan con el sexto sentido que parecen tener todas las mujeres de su familia, le ayudarán a resolver el caso. Aunque volverán a quedar pelos en la gatera para su resolución final en el último libro de la serie.
Dolores Redondo sabe combinar bien todos los elementos de la novela -lo criminal, lo costumbrista, los infiernos personales, la investigación policial, lo fabuloso, lo sociológico, los problemas de una mujer en el mundo competitivo de hoy- y rodear a la protagonista, dueña y señora de la historia, de interesantes secundarios. Creo además que, liberada la historia de la construcción del entorno a la que se vio obligada la novelista en la primera entrega, la narración avanza con más fluidez, con solidez. Los acontecimientos se encadenan a mil por hora y cada paso en la investigación es narrado con precisión y solvencia. Legado en los huesos es mejor que la primera entrega y eso dice mucho sobre el crecimiento de su autora como novelista.  Estamos ansiosos por ver cómo acaba la trilogÃa de Amaia Salazar.
Enrique MartÃn