Los Raros. Alonso de Contreras, el verdadero Alatriste

Nací en la muy noble villa de Madrid, a 6 de Enero de 1582. Fui bautizado en la parroquia de San Miguel… Mis padres se llamaron Gabriel Guillén y Juana de Roa y Contreras. Quise tomar el apellido de mi madre, andando sirviendo al rey como muchacho, y cuando caí en el error que había hecho no lo pude remediar, porque en los papeles de mis servicios iba el Contreras, con que he pasado hasta hoy, y por tal nombre soy conocido; no estante que en el bautismo me llamaron Alonso de Guillén y yo me llamo Alonso de Contreras. Fueron mis padres cristianos viejos, sin raza de moros ni judíos, ni penitenciados por el Santo Oficio. Como se verá en el discurso delante de esta relación fueron pobres y vivieron casados como lo manda la Santa Madre Iglesia veinticuatro años, en los cuales tuvieron diez y seis hijos

LIBRO.Vida del capitan Alonso de ContrerasAsí comienza la Vida del capitán Alonso de Contreras, escrita por él mismo. Traemos hoy a esta sección de raros un texto autobiográfico que me maravilló cuando lo leí hace ya algunas décadas. Siendo todavía un lector joven, no imaginaba que fuera posible una vida tan ajetreada y aventurera como la de este singular y feroz personaje. Desde que a los quince años, en 1597, Alonso de Contreras se marcha a servir al rey como soldado, no deja de verse involucrado en pendencias, batallas, abordajes, conspiraciones y peripecias de todo orden. En apretada síntesis, asistimos a sus andanzas con los tercios de Flandes en dos ocasiones;  luego, enrolado en la armada, le encontramos luchando en el Mediterráneo contra los piratas turcos y berberiscos. Después, en el episodio más rocambolesco de su vida, está a punto de ser ajusticiado cuando le acusan de ser cabecilla de una rebelión morisca. Más tarde, y ya exculpado, parte a las Indias, donde pone en fuga a piratas holandeses e ingleses, alguno tan célebre como Walter Raleigh. Y por fin, en Italia, convertido ya en capitán de caballería, asiste,  entre otras cosas notables, a la erupción del Vesubio. Estruendoso colofón para treinta y tres años de aventuras ininterrumpidas que el capitán escribe en apenas once días, alojado en una posada romana, corriendo el año 1630.

Este hombre de armas quizá no leyera un libro en su vida, pero se revela como un narrador sorprendentemente fluido, claro y conciso. No hay ninguna floritura en su prosa, ni las necesita, porque lo que cuenta es tan rico y variado, que vamos de hito en hito asombrados ante una vida tan azarosa, y perdonamos las leves faltas de ortografía y su dudosa interpretación de otros idiomas.

El manuscrito de Contreras resistió los embates del tiempo entre viejos volúmenes de la Biblioteca Nacional, donde se encontró en 1900, fecha de su primera edición. Desde entonces se ha comprobado que todo lo narrado por su autor es fidedigno, convirtiéndose así estas memorias en un valioso documento para conocer la vida militar en diversos confines del imperio hispano en el primer tercio del siglo XVII.

Así que ya lo saben, si empiezan a cansarse de las aventuras de ficción del capitán Alatriste, busquen el original. Asómense a la brutal y pintoresca Vida del Capitan Alonso de Contreras, contada por él mismo. Seguro que no les defrauda.

Javier Aspiazu

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *