Lecturas de fin de semana. Fernández Mallo, vida tras la Nocilla

Agustín Fernández Mallo (A Coruña, 1967) se hizo muy popular por los libros que conformaron la trilogía del Proyecto Nocilla. Pero Fernández Mallo es mucho más, porque antes de dedicarse a la narrativa tenía una larga carrera como poeta –quién puede olvidar un título como Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus– y acuñó el término de Poesía Postpoética. Ahora ha vuelto a las librerías, tras la trilogía Nocilla y El hacedor (de Borges), Remake (que se retiró de las librerías tras una denuncia de la viuda de Borges) vuelve con otro de esos libros narrativos difíciles de clasificar Limbo.LIBRO.Limbo

El autor gallego persiste en su apuesta por superar los límites de la literatura, primero fue con la poesía y en los últimos tiempos con la narrativa. Es como si se le quedara corta la palabra novela. Porque en Limbo hay novela, realidad ficcionada y una mezcla de realidad y ficción en la que personas reales se convierten en personajes de ficción, y la realidad se retuerce hasta parecer ficción. La “novela” cuenta tres historias. En una se narra el secuestro de una joven mexicana que estuvo encerrada en un piso durante dos años.  En otra se nos cuenta el viaje de un escritor español y una diseñadora mejicana por Estados Unidos, de este a oeste, y cómo nació su historia de amor. Y en la tercera se nos habla de una pareja de músicos que se van a Bretaña para grabar lo que puede ser su obra maestra. Las tres historias se entrecruzan y en esos cruces encontramos los “limbos” de los que habla el título, esos lugares fronterizos donde todo es posible.

En el libro son muy habituales los encadenamientos de sucesos, que nos llevan a recorrer todas las historias en unas pocas páginas, en una estructura a veces circular.  Un libro en el que se entremezcla realidad y ficción porque, como dice un personaje, como vamos a diferenciar la verdad de la falsedad cuando, según un estudio, el ser humano escucha 200 mentiras cada día. Un libro fascinante.

Enrique Martín

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