Asier Serrano, huir de los imperios, soñar nuevos horizontes

Abisalia es el nuevo trabajo del escritor y músico eibarrés Asier Serrano.  Autor de varios libros de poemas y de las novelas Eskuetan mapak y Erlojugilea, regresa en este nuevo trabajo a ese nudo de mapas y relojes, de espacio y tiempo, que, al parecer, le ha ocupado casi de manera constante en su trayectoria.

Se trata de un libro que desde la primera página ya nos orienta hacia Abisalia. El narrador nos cuenta que el avión en el que viaja está a punto de aterrizar, que es el único pasajero y que le gustaría en esos momentos estar acompañado de su tío, un personaje que huyó del régimen de Franco y que encontró refugio allí, en Abisalia.LIBRO.Abisalia Al principio, podríamos pensar que ese territorio es un espacio de concreción geográfica, pero pronto sabremos que en realidad estamos ante un no lugar, ante un concepto. El nombre de ese no lugar nos conduce a la profundidad, a las zonas abisales, a una especie de vigilia nerviosa, cercana a lo onírico.

Abisalia, que según ha confesado el propio autor guardaría algún parecido con Eibar, es un territorio conformado por distintos relatos. Pero aunque estamos ante una colección de cuentos encontramos constantes en la estructura y en algunos personajes como el doctor Emilard o como el profesor Rialdo Koddel. El relojero con un ojo de cristal y Lorelei reaparecen en este texto en el que Asier Serrano no da la espalda a sus obsesiones literarias. El estilo en el que se nos trasladan estas historias protagonizadas, por ejemplo, por héroes urbanos en huelga está muy cuidado. La prosa colinda a veces con la poesía, se funde con ella. Las narraciones de Abisalia están cargadas de lirismo y de potentes imágenes. Sin embargo, también están presentes otras formas de narrar, más desnudas de ornamentación, como pueda ser el guión cinematográfico.

Entre los temas que guarda Abisalia destacan, como figuras en un cuadro impresionista, el deseo de huida, de escapar del mandato de todos los imperios, de conocer nuevos horizontes, y también  el amor y la extrañeza.

Txani Rodríguez

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