Los raros. El blocao de José Díaz Fernández

Llevábamos cinco meses en aquel blocao y no teníamos esperanzas de relevo. Nuestros antecesores habían guarnecido la posición año y medio. Los recuerdo feroces y barbudos, con sus uniformes desgarrados, mirando de reojo, con cierto rencor, nuestros rostros limpios y sonrientes. Yo le dije a Pedro Núñez, el cabo:

-Hemos caído en una cueva de Robinsones.

El sargento que me hizo entrega del puesto se despidió de mí con ironías como ésta:

-Buena suerte, compañero. Esto es un poco aburrido, sobre todo para un cuota. Algo así como estar vivo y metido en una caja de muerto.

-¡Qué bárbaro! –pensé. No podía comprender sus palabras, porque entonces iba yo de Tetuán, ciudad de amor más que de guerra, y llevaba en mi hombro suspiros de las mujeres de tres razas”.

LIBRO.El BlocaoAsí comienza El blocao, de José Díaz Fernández. Traemos en esta ocasión a la sección de raros un escueto volumen de siete relatos a los que su autor, paradójicamente, subtitula como Novela de la guerra marroquí.

Díaz Fernández fue un conocido periodista, cercano al círculo de intelectuales de la Revista de Occidente de Ortega y Gasset, que además intervino en la vida política de los años 30, siendo elegido diputado en dos ocasiones, la última de ellas por Izquierda Republicana, el partido de Azaña. Cuando aún vivía en Gijón y despuntaba en el periodismo, su vida se vio seriamente trastocada por la experiencia del servicio militar en Marruecos, en plena ofensiva de los rifeños liderados por Abdelkrim. El futuro autor pasó un año en las cercanías de Tetuán, entre 1921 y 1922, defendiendo pequeñas posiciones fortificadas de madera, los llamados “blocaos”, expuestas a ataques por sorpresa y al fuego de los francotiradores. De esas dramáticas vivencias se nutre esta pequeña joya que hoy comentamos.

Díaz Fernández, confiesa en el prólogo su deseo de “hacer una novela sin otra unidad que la atmósfera que sostiene a los episodios”, aunque éstos, si el lector lo desea, se puedan leer de forma independiente. Pero no solo el ambiente y el tema unifican los siete relatos, sino también esa voz que narra en primera persona los hechos y que, en algún caso, identificamos claramente con el autor. Así ocurre, sobre todo, en Magdalena roja, relato en el que El Gafitas, joven estudiante y sindicalista, se ve arrastrado por la furia  revolucionaria de Angustias, el personaje más extremado e interesante del libro; un libro donde, por cierto, los personajes femeninos son, a menudo, fuerzas turbadoras que desencadenan la tragedia, así sucede en el relato que da título al volumen, El blocao, en África a sus pies o en el que lo cierra, Convoy de amor, impactante final que nos deja con ganas de más, después de haber disfrutado la prosa de Díaz Fernández, cuyo estilo es depurado y sintético, a la par que imaginativo, deslumbrándonos de cuando en cuando con afortunadas metáforas y brillantes comparaciones.

El blocao conoció un éxito inesperado en 1928, año de su publicación; en pocos meses se tiró una 2ª edición y se tradujo a varios idiomas europeos. Pero su autor abandonó la literatura por la política y murió todavía joven, exiliado en Toulouse, en 1942. Preservándola del olvido, el pasado año la coruñesa Ediciones del Viento recuperó esta obra en una preciosa impresión. Les recuerdo título y autor: El blocao. Novela de la guerra marroquí, de José Díaz Fernández.

Javier Aspiazu

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