Iban Zaldua: es el cuento, estúpido, el cuento

En Inon ez, inoiz ez, Iban Zaldua, uno de los escritores más interesantes del panorama actual, reúne 38 relatos de diversa extensión, temática y estilo.  Esta colección, publicada por Elkar, está dividida en tres partes: “Inon ez”, “Hemen,  orain” e “Inoiz ez”, a las que se le añade una última e interesante nota sobre la propia cuentística publicada bajo el título “Azken ohar gisa”. En esta salva de imaginación, originalidad y oficio, no hay ningún punto que ejerza de nexo de unión de relatos, lo que personalmente agradezco tras la lectura reciente de un buen número de libros de cuentos monotemáticos. Sin embargo, hay argumentos que van y vienen, y una voluntad constante de sorprender, de darle una vuelta de tuerca al relato, de ampliar sus márgenes.LIBRO.Inon ez, inoiz ez

En cuentos como Hiru kontzertu resuena el conflicto vasco, sus consecuencias; en Williams nos habla del adulterio, de la mentira y del difícil encaje que todo eso tiene con el cuidado de los hijos; en el inquietante Ama el argumento  principal es uno de los reversos más amargos de la senectud: la pérdida del yo. Pero quizá sea el tema de la muerte el más destacable de todos. Se aborda, por ejemplo, en el cuento que abre el libro, Inframundu, un relato con un punto de vista entre lo irónico y lo absurdo, auténtica marca de la casa en la narrativa de Iban Zaldua. Las relaciones de pareja, rayanas a veces en la obsesión tras las rupturas, dominan Lerro hori bat, lerro gorri bat. En este libro, que le habrá dado tarea al autor, tanto en el orden como en la misma selección, nos encontramos también con algunos relatos  metaliterarios como Literatura autobiografikoaren arriskuak. También destacan otros  como Dilema morala, por el dominio del diálogo.

Por todo ello, en muy pocas páginas pasaremos de la media sonrisa a la desazón, de la ternura al desamparo, del absurdo a la recreación histórica. Este libro de cuentos viene a demostrar que ceñirse a la realidad no tiene por qué ser una virtud en estas lides y que incluso la falta de realismo no es, de ningún modo, un defecto. En Inon ez, inoiz ez los límites de las historias no están en la realidad ni en lo posible, ni en las convenciones temporales o espaciales, sino en la mirada y lecturas –el tamiz literario- que Iban Zaldua hace de lo que tiene, más o menos, a su alrededor.

Txani Rodríguez

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *