¿Se acuerdan de cuando las distopías consistían en grandes catástrofes, fenómenos derivados del desastre ecológico o de objetos celestes que caían sobre nuestras cabezas o de mutaciones animales, que sumían a la Tierra en el caos y obligaban a los seres humanos a luchar por su supervivencia en ambientes muy degradados? Bien, pues olvídense porque la realidad se ha ido imponiendo y ahora la especulación sobre el futuro es mucho más cercana, mas real y habla de cosas que ya conocemos. Es cierto que la ciencia-ficción ha ido desapareciendo del mercado como si no nos interesara lo que ocurrirá dentro de muchos años, pero, a cambio, tenemos bastantes ejemplos de cosas que pasarán próximamente y basándose en cuestiones muy cotidianas. Y así Ricard Ruiz Garzón, escritor, aficionado a la narrativa especulativa y responsable de la colección Fantascy, ha reunido en un solo volumen, Mañana todavía, doce relatos escritos por autores españoles, algunos muy famosos dentro del género, otros grandes vendedores de novela juvenil y al fin, un par de representantes del mainstream que se han dado algún paseo por la especialidad.

El resultado, como siempre pasa con las antologías, es irregular, pero podemos decir que la media es muy alta. No hay aquí historias malas, las hay buenas y muy buenas. En ellas encontraremos advertencias sobre el peligro de algunos elementos muy comunes entre nosotros, como los móviles, las redes sociales o la corrección política; también indagaciones sobre cómo pueden influir, en el futuro, las corrientes sociales de ahora mismo, como la emigración o el control de la natalidad; y definitivamente lanza agudas miradas sobre asuntos como el islamismo, el cambio climático, el tratamiento de las enfermedades, el deterioro social, el desgaste de la cultura, el miedo al futuro.

Los responsables de los cuentos son todos reputados autores del género como Elia Barceló, a la que se le quedan cortas las páginas que encuadran su vistazo general al futuro de dentro de setenta años; Juan Miguel Aguilera que mezcla géneros para conseguir sus propósitos, y los alcanza con sobresaliente; Javier Negrete que sorprende con una novela corta con mucho de cotidiana, mucho de literaria y mucho mas de humorística, especialidad que no esperábamos en él, pero si en la obra de Félix J. Palma y no nos defrauda este con sus instrucciones para cambiar el mundo; Emilio Bueso y Susana Vallejo nos dejan unas oscuras visiones del porvenir y en la misma onda está Juan Jacinto Muñoz Rengel; los veteranos Rosa Montero y José Luis Moreno se comportan como se espera de ellos; y Marc Pastor, posiblemente el más desconocido del equipo, se ocupa de un escenario convencional de hielo y miedo al exterior, pero sabe darle el toque adecuado. Rodolfo Martínez, stajanovista de la escritura nos deja un thriller repleto de impactos y Laura Gallego a la que se le siguen notando las formas de la novela juvenil consigue interesarnos desde la primera página dado el interés del tema y la velocidad de la narración. Antología ejemplar pues, reunión de talentos, visiones sombrías del futuro, un libro necesario.

Félix Linares