El verano y la infancia han sido siempre ingredientes de bellas historias. Hay algo mágico en ese espacio de tiempo en el que los niños, cada año, viajan a su destino de vacaciones, cerca o lejos de su domicilio habitual, pero siempre posible escenario de grandes aventuras. El viaje más o menos largo y más o menos cómodo, las ganas de llegar, el cosquilleo en el estómago cuando bajas del coche y el feliz reencuentro con esos amigos tan especiales que sólo pueden hacerse durante las vacaciones.

Y ocurre también que todas las personas guardamos algún verano especial en la memoria, uno en el que conocimos a alguien inolvidable, tuvimos nuestro primer escarceo amoroso o vivimos una experiencia irrepetible. Y este es el escenario en el que se desarrolla el cómic Aquel verano, que firman las canadienses Jillian y Mariko Tamaki, dos primas que hace seis años irrumpieron en el mundo de la novela gráfica con Skim, una obra que tuvo bastante éxito y que con su nuevo trabajo confirman que hay que estar muy atentos a cada cosa que publiquen.

Con enorme sensibilidad y conocimiento, pues la historia se basa en vivencias de la guionista, Mariko, ambas autoras nos llevan hasta la localidad de Awago Beach, donde la familia Wallace pasa sus vacaciones de verano. El matrimonio tiene una hija, Rose, una preadolescente asaltada por todas las dudas y preguntas de esa complicada etapa de la vida y que desde hace meses sufre al notar la mala relación que hay entre sus padres. Ella no entiende lo que está ocurriendo (se irá desvelando a lo largo del cómic) y encuentra apoyo y diversión en Windy, su amiga de las vacaciones, que tiene año y medio menos pero más vitalidad y picardía.

De la mano de Rose, a través de sus ojos y sus pensamientos, asistimos a un verano singular, en el que nuestras dos protagonistas juegan, se bañan en el lago, pasean en bicicleta, compran chucherías, alquilan películas de terror y hablan de ligues. A Rose le atrae el joven dependiente de la tienda, pero es un chico mayor con novia, y con unos amigos chillones y estúpidos, y con un embarazo no deseado de por medio. Demasiados obstáculos para el mundo todavía infantil de Rose.

Con momentos de alegría y drama pasa el verano, y se termina. Y Rose se marcha de Awago Beach, pero ya no es la misma. Ha cambiado, la niñez ha quedado atrás y las vacaciones del año que viene serán también apasionantes, pero diferentes. Excelente cómic, Aquel verano, una obra deliciosa, totalmente recomendable y que publica en castellano Ediciones La Cúpula.

Iñaki Calvo