Los raros. Stanislaw Lem, el extraño pasajero

LIBRO.Congreso de futurologíaEl Octavo Congreso Internacional Futurológico se celebró en Costarricania. A decir verdad, no hubiese ido a Nounas, pero el profesor Tarantoga me dio a entender que se esperaba mi participación en dicho comicio; no podía faltar. Me dijo también (lo cual no dejó de impresionarme), que hoy en día la astronáutica es la forma de evadirse de los problemas terrestres. Quien esté de ellos hasta la coronilla se marcha a la Galáctica, contando con que lo peor habrá de acontecer durante su ausencia. Es cierto que más de una vez, mayormente en mis viajes más antiguos, regresé con el temor, al contemplar la tierra por un tragaluz, de si no se parecería a una patata cocida en el horno”.

Así comienza Congreso de Futurología, de Stanislaw Lem. Si todavía no conocen a este gran escritor polaco, uno de los genios de la ciencia ficción del siglo XX, autor de Solaris o Ciberiada entre otras obras maestras, esta novela corta que hoy comentamos sería una estupenda introducción a su obra. Publicada en 1971, Congreso de futurología forma parte del ciclo de relatos, como los Diarios de las estrellas o Viajes y diarios, protagonizado por el astronauta Ijon Tychy y caracterizado por el humor hilarante y satírico y por la gran imaginación desplegada por el autor.

En esta ocasión, Tichy viaja hibernado hasta el año 2039 para asistir a un peculiar congreso sobre los problemas derivados de la superpoblación en la convulsa república de Costarricania. De entrada disfrutamos con la parodia de los expertos viviendo en su mundo aparte, en el lujoso y gigantesco hotel Hilton. Después la novela se adentra ya en su tema principal: el cuestionamiento de la realidad, manipulada por el poder.

La situación exterior se torna peligrosa hasta el punto de que el gobierno decide repartir dosis de benefactorina, altruismol o felicitol a toda la población para frustrar el previsible motín. Estas sustancias químicas afectan la mente de quien las respira o ingiere, forzándole a hacer el bien y a arrepentirse y buscar el perdón. Es un ejemplo del poder de la Psiquímica, utilizada de forma sistemática en Costarricania para moldear directamente las emociones de la población, que se ha vuelto adicta a todo tipo de fármacos.

El tono ligero e irónico de la novela, narrada en primera persona, se va volviendo por momentos más y más inquietante, a medida que Tichy descubre que nada es lo que parece en ese país supuestamente próspero y confortable. En la línea de Philip K. Dick, Aldous Huxley y otros creadores de distopías, pero con mucho más sentido del humor, Stanislaw Lem pone el acento en la utilización de las drogas y sus derivados farmacológicos como instrumentos tendentes a la anulación de la individualidad, y nos alerta, con décadas de anticipación, sobre la deriva autoritaria de nuestras sociedades.

Congreso de futurología va ganando en amenidad e interés hasta su sorprendente final, resultando una novela extremadamente divertida, crítica y turbadora. Aunque no hay impresiones muy recientes pueden encontrarla en Alianza Editorial o en las viejas y entrañables ediciones de Bruguera.

Javier Aspiazu

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *