Xabier Mendiguren Elizegi, hurgando en la herida

Arantzak barrurantz es el nuevo libro del escritor y editor Xabier Mendiguren Elizegi. Se trata de una colección de cinco relatos, todos de extensión considerable, escritos durante estos últimos años. El primero de los cuentos Il viaggiatore pusillanime alterna un texto de corte ensayístico, escrito en primera persona,  sobre el escaso encanto que viajar tiene en la actualidad, con la tercera persona que nos trae la historia de Txente, un tipo sin ganas de hacer turismo, que se ve en Roma llevado por las circunstancias. El relato Odolo eta esperma está protagonizado por un refugiado vasco que, tras saber que le quedan seis meses de vida, regresa a su pueblo con la intención de pasar un día y una noche con su amor de juventud. Los personajes de este cuento, narrado con la demora necesaria, están bien construidos y la historia, cargada de implicaciones emocionales, engancha. AZALA_ARANTZAK BARRURANTZ .inddEn Orratzak Mendiguren nos trae un suceso violento, pero sobre todo, dibuja una época complicada. Robos, heroína, y chulos de barrio se mezclan con los recuerdos de la infancia del narrador. Arantzak barrurantz, el relato que da título al libro, es una historia muy dura sobre una mujer que fue torturada de joven. Ella se instala desde el primer momento en el silencio, no quiere hablar ni contar lo que le han hecho, pasan los años, se convierte en psicóloga y parece que los problemas de las demás la distraen del suyo; sin embargo, comprobará que del pasado no se escapa fácilmente. Cierra la colección, Você nao e como os outros, una historia de hermanos. Tienen a la madre enferma y uno de ellos, como recurso desesperado, contrata los servicios de una curandera brasileña que no pasará inadvertida para el resto de miembros de la familia, en especial, para el personaje de Iñaki.

Los cinco relatos  que componen Arantzak barrurantz están, como hemos visto, ligados a nuestro tiempo. Los personajes, alejados del rol del héroe, van a la deriva, están heridos, y sus cotidianidades se ven alteradas por el destino, la fatalidad, la suerte, sobre todo, por la mala suerte y porque no se puede negar que las cosas llegan mal dadas demasiado a menudo. A excepción de Orratzak, que tiene un cierre hermético, los finales del resto de relatos, sin ser totalmente abiertos, le brindan al lector la oportunidad de efectuar por su cuenta cierto recorrido. Del mismo, las heridas de estos personajes tampoco parecen cerrarse del todo.

Las historias de Arantzak barrurantz proporcionan, además de una lectura gozosa, bastantes argumentos para la reflexión.

Txani Rodríguez

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