El raro apocalipsis de Juan Carlos Márquez

Tras publicar libros de relatos como Norteamerica profunda o Llenad la tierra, tras la nouvelle Lobos que reclaman la noche, y tras las historias cruzadas de Tangram, un trabajo por el que mereció el Premio Euskadi de Literatura, el escritor bilbaíno Juan Carlos Márquez regresa a las librerías con Los últimos. Se trata de una novela apocalíptica que, situada en el género de la ciencia ficción, bebe del cómic, del cine y de los videojuegos. Os contaré sin destripar nada, porque esta es una novela de argumento, de las que engancha, cuál es el planteamiento de la historia. El mundo se va al traste, la oscuridad se cierne sobre el planeta y en ese apocalipsis una extraña amenaza se cierne sobre un grupo de supervivientes que vaga por una Tierra polvorienta, insalubre, agrietada. Los componentes de ese grupo humano son los protagonistas de Los últimoLIBRO.Los últimoss: el matrimonio formado por el narrador de esta historia y su esposa Eve, su hijo Benjamin, un científico llamado Boom y algunos de sus vecinos. Creo que puedo adelantar que, de todas formas, la “plantilla”, por decirlo de alguna manera, no será estable. Como decía los supervivientes dejan sus casas y deambulan por un entorno de supermercados vacíos, de calles desiertas, hasta encontrar refugio en las ruinas de Walt Disney World. Sin embargo, también se verán abocados a abandonar tan peculiar emplazamiento y es en ese instante cuando arranca la segunda parte de la novela, de la que ya no vamos a adelantar nada.

El libro está estructurado en capítulos muy cortos, trepidantes, que son en realidad el diario del narrador, por lo que podemos ser partícipes en todo momento de su punto de vista. Un punto de vista, una forma de sobrellevar las cosas, de adaptarse a las circunstancias, que en ocasiones, como poco, os sorprenderá. Aunque sea ésta una novela apocalíptica tengo que aclarar que hay mucha ironía, mucho sarcasmo y mucho surrealismo, marca de la casa. Yo, a ratos, me he reído a carcajadas. De todas formas, también, y sobre todo, encontramos en Los últimos momentos muy emotivos, muy duros e impactantes, propios de las situaciones límite, y poco más límite se me ocurre que el fin del mundo. Sin duda, llegados a un extremo, ni el orden social, ni el concepto de familia, ni el de amistad, ni ciertos rasgos de humanidad que creemos inalienables de nuestra condición, salen indemnes. Márquez ha derrochado imaginación en esta novela que, pese a su apariencia envuelta en mutantes, naves espaciales y eternos crepúsculos, no deja de hablarnos de nuestra condición real.

Txani Rodríguez

 

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