Cuidado con el gratis total, advierte Lanier

244_C924236.jpg“(En el mundo de la tecnología) se olvida con mucha facilidad que “gratis” significa inevitablemente que otra persona decidirá cómo vivimos. Hemos decidido no pagar a la mayoría de las personas por realizar tareas útiles relacionadas con las tecnologías más recientes. La gente normal “comparte”, mientras las entidades que forman la élite de la red generan grandes fortunas inusitadas. 

(…) Los ordenadores más potentes y mejor conectados componen  el contexto en el que la información se convierte en dinero. Mientras tanto al gran público se le sueltan migajas con las que hacerle creer que la incipiente economía de la información beneficia a la mayoría de quienes proporcionan la información que es su razón de ser. 

Esta nueva economía minusvalorará a la gente normal y considerará hipervaliosos solo a quienes se encuentren en las inmediaciones de los ordenadores más potentes. 

Sólo sobreviviremos a la gratuidad de la información si se pone coto al número de personas que serán víctimas de la marginación. Por mucho que me duela reconocerlo, podemos sobrevivir si solo acabamos con las clases medias de músicos, periodistas y fotógrafos. Lo que no podremos superar es que a esto se sume la destrucción de las clases medias en el transporte, la industria, la energía, la administración, la educación y la sanidad. Pero tanta destrucción será inevitable si no introducimos mejoras en la idea básica de la economía de la información”.

Estos son párrafos de ¿Quién controla el futuro? escrito por Jaron Lanier y editado por Debate.  El original inglés lleva el añadido de Usted no es un gadget.

El autor es un investigador que ha participado en la creación de la realidad aumentada y trabaja actualmente para Microsoft. No obstante, denuncia la destrucción de las clases medias que se está produciendo debido al dominio digital de la información por unos pocos servidores sirena, como él los llama. Hoy en día, músicos, periodistas y fotógrafos trabajan gratis para la red, sea para Youtube, Facebook, Twitter o Instagram. El autor teme que los taxistas, fontaneros, electricistas… sean víctimas de la depauperación que en el mundo del trabajo provoca Internet gracias a su gran capacidad de recopilar información, la big data

Para que esto no acabe en una catástrofe social y democrática, Lanier propone repensar la economía de la información y su propuesta concreta es la de dar micropagos a todas las personas que proporcionen datos o cualquier tipo de trabajo a la red. Esta es la idea que desarrolla en este libro. Esta u otra, pero el mundo digital necesita alternativa. No podemos dejarnos llevar por el canto de los grandes servidores sirena tipo Google.  Mientras, si quiere, siga disfrutando “gratis” de Whatsapp, pero desconfíe.

Jokin Aldazabal

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