Hace ahora ocho años que descubrimos al escritor portugués Gonçalo M.Tavares (Luanda, 1970), un autor de éxito en su país, considerado por la crítica como uno de los mayores talentos de la literatura portuguesa de hoy. La verdad es que nos encontramos ante un escritor con un talento asombroso para la fabulación. Un autor siempre inquieto, que busca nuevas formas de transmitir a los lectores la pasión que siente por la escritura, la vida y la historia de las ideas. Su obra comenzó a publicarla en castellano la entonces editorial Mondadori, ahora Random House, que lanzó dos de sus series, “El barrio” y los “Libros negros” ó “El Reino”. La primera la integran libros como El señor Valery ó El señor Henry y la segunda Klaus Klump, La máquina de Joseph Walser, Jerusalén y Aprender a rezar en la era de la técnica, una peculiar novela escrita en verso.

En la serie del barrio las historias están protagonizadas por un grupo de personajes marcados por sus excentricidades y por su forma “especial” de aplicar la lógica a la vida cotidiana. Son historias enternecedoras y humorísticas, que rozan el absurdo y que recuerdan a la inocencia cargada de simbolismo de El principito de Saint Exupery. Lamentablemente en castellano solo se han publicado dos de sus diez entregas. El reverso de las historias del barrio es la serie de las novelas negras: la inocencia inmaculada se transforma en la inocencia corrompida; el paisaje transparente en atmósfera obsesiva; la alegría de la vida en tragedia sin futuro.

Pero además Tavares tiene cantidad de proyectos que se articulan en torno a otras series ó que se agotan en una única entrega. Dos de esas entregas han sido publicados por la editorial aragonesa Xordica. Una se titula Biblioteca y la otra, la que nos ocupa hoy, Historias falsas. Se trata éste de un libro muy curioso en el que Tavares nos cuenta nueve historias cortas, el volumen no pasa de las sesenta páginas, en las que se nos habla de sucesos que aparentemente les acontecieron a varios filósofos clásicos. Por las páginas del libro vemos aparecer a Heráclito, Tales de Mileto, Diógenes, Empédocles, Zenón, Anaxágoras, Lao Tse y Platón entre otros. Los protagonistas no son los propios filósofos, sino amigos, familiares, conocidos ó gente que dice practicar sus enseñanzas. Personas que demuestran no haber entendido nada de lo que los filósofos quisieron transmitir y que provocan auténticos desastres, casi siempre, cuando quieren llevar a la práctica lo aprendido.

El libro es un ingenioso divertimento que sirve para jugar con las ideas de la filosofía y para demostrar que la mayoría de las veces estas ideas han sido mal entendidas y tergiversados por sus contemporáneos e incluso por sus admiradores en el futuro. Y es que los filósofos han provocado admiración y pánico a la vez. Tavares lo explica muy bien: “Muchas veces en la Historia, el poder se arrodilló frente a la filosofía y el arte. Unas por sincera devoción de lo bello, otras por miedo: los poetas y los filósofos tienen lazos secretos con los dioses y los demonios, así se decía y se dice aún, entre los incapaces de la construcción de palabras e ideas”. Poco más hay que añadir, solo que leáis a una de los grandes de la literatura europea actual, Gonçalo M. Tavares.

Enrique Martín