Mikel Ayllon, de batallas perdidas y mundos por venir

Ez tiro egin ambulantziei es una novela con la que el lector tiene que hacerse. Se entra con interés y un punto de desconcierto pero enseguida nos acostumbramos al espacio literario que propone el escritor, traductor y periodista Mikel Ayllón. Lo primero que nos encontramos es una serie de personajes, que parecen aislados los unos de los otros –luego veremos que no- y que parecen estar inmersos en un tiempo que avanza con una morosidad increíble. Fred es un tipo algo débil que se está quedando ciego; Montag un hombre nervioso, que cuida con celo de una maleta de madera; Karim es un musulmán que reza mirando a La Meca aunque no sepa a ciencia cierta dónde queda el templo; Telmo es un personaje angustiado, que necesita llevar piedras en los bolsillos para ayudarse a no perder contacto con la realidad y que recibe una carta que funcioLIBRO.Ez tiro egin anbulantzieinará como un revulsivo. Pronto sabremos que están en la cárcel, que se tratan, que hay otro preso, Gerard, sobre el que descansa gran parte de la acción del libro y que una mujer a la que él amó, Silvie, puede ser la respuesta a muchas de las preguntas que les atribulan.

Los presos superan días en los que los horarios los marcan las llaves. “Hemen-leemos-giltzak dira denboraren neurgailu. Giltza kolpeek esnatuko zaituzte goizero. Giltza kolpeekin ohartaraziko dizute finitu dela goiza”, pero la intriga del libro aumenta con las repentinas desapariciones de los personajes.

Ayllon maneja bien el punto de vista narrativo y sabe mantener la tensión en esta historia en la que ha arriesgado mucho, especialmente, con la estructura ya que va de atrás hacia adelante. Su escritura tiene ritmo, es plástica, llama la atención el uso de las onomatopeyas, y consigue que Ez tiro egin ambulantziei resulte un libro en el que la atmósfera creada sea un elemento fundamental.

Ez tiro egin ambulantziei, que llega respaldada por la beca Igartza, es un trabajo con un punto de irrealidad que reflexiona sobre el ocaso de un mundo antiguo y sobre uno nuevo que no termina de eclosionar, sobre las batallas perdidas y sobre las que restan por librar, sobre la vigencia de determinados conceptos revolucionarios, y, en mitad de todo eso, sobre el amor.

Txani Rodríguez

 

 

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