El comictario. Todas las obsesiones de Víctor

Uno de los títulos más llamativos que se han publicado en las últimas semanas es el cómic italiano Todas las obsesiones de Víctor, fruto de la colaboración entre el escritor Davide Cali y el dibujante Pasquale Tordisco, que firma con el seudónimo de Squaz. Ambos cuentan con gran reconocimiento en Italia, Davide Cali como autor de cuentos infantiles y juveniles premiados por toda Europa, y Squaz como uno de los máximos representantes del underground transalpino.

La suma de sus talentos ha dado como resultado una novela gráfica de concepto y contenido sorprendentes. Todas las obsesiones de Víctor es un exhaustivo repaso a lo más íntimo de la vida del protagonista, un treintañero que, a modo de terapia, narra sus experiencias con las mujeres y todos los sucesos que han influido en su forma deCOMIC Las obsesiones de Víctor ser y pensar y derivado en manías, costumbres y tics de comportamiento. Todo un “strep-tease” emocional, eso sí, con grandes dosis de humor e ironía. La historia tiene un comienzo impagable, una escena en la que Víctor cuenta la ruptura con su novia Marisol. Después de sorprenderla en la cama con otro hombre le exige que se vaya de casa. La siguiente escena es Víctor con las maletas en la mano saliendo del piso y explicando al lector que la vivienda era de su novia, y que se había olvidado de ese detalle.

Este desastre le lleva a pensar en sus problemas con las mujeres, y en la eterna sensación de que hay algo que no entiende y que se le está escapando. En su afán por encontrar respuestas hace un repaso a sus relaciones con el sexo femenino, desde la niñez hasta la edad adulta. Un relato bastante desolador, con una cuidada descripción de fantasías y decepciones infantiles, frustraciones adolescentes y algún que otro amago de éxito. Y como eso no es suficiente y sigue sin hallar respuestas, decide que el origen de sus problemas tiene que estar en los traumas de la infancia. Y ahí empieza otra oleada de recuerdos marcados en la memoria de Víctor, y que nos llevan desde la rotura de un plato de terracota y su precaria reparación con pegamento hasta la impresión que le causó un compañero de pandilla que comía insectos o su extraña obsesión por la simetría.

Son tantos detalles que uno imagina que el guionista, Davide Cali, nos está contando su propia vida, pero surge la duda razonable de que semejante desnudo emocional pueda ser autobiográfico. Y otra consecuencia de la lectura es la inevitable comparación con el protagonista, el temor, página a página, de que sus experiencias, por lo general poco gloriosas, coincidan con momentos de nuestra propia vida.

Todas las obsesiones de Víctor, un cómic más que recomendable publicado en castellano por la editorial Diábolo.

Iñaki Calvo

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