El poema. Yahya Hassan, danés

Yahya Hassan - photo: Mogens EngelundMi hermano pequeño encontró un bolso de señora rojo;

14 talegos en un bolsillo y una tarjeta de visita de la puta de oro.

Me dio la mitad y regresó a su institución.

Yo compré un coche y me lancé a una gira de robos con Vuk.

Robos con escalo, ventanilla de coches, vestuarios, hamburguesas en MacDonald y una última casa.

Una llave de Audi es una cita con el desguace.

La amargura de la eternidad de la mano directamente al perista,

El sonido del cielo iluminado por sirenas…

Vuk me robó la cartera y se empapuzó de pastillas como antes.

Forzó la puerta de una tienda,

Y se despertó en la cárcel de Kragskovhede yonqui,

Yonqui.

Entrar y salir por la puerta de atrás,

Se largó de la cárcel.

Yo andaba con gentes a las que él les debía dinero

Cuando recibí un sms:

Vuk está ahí junto a los amarillos.

Nos metimos corriendo en el coche y fuimos hasta el último edificio.

Cuando nos vio dijo: “Hola amigos, aquí estáis”.

Pidió un pitillo

Pero yo le di en la boca y lo tiré contra un seto.

Mientras estaba allí tirado le quitamos sus cosas.

Ese día se entrego él mismo.

Este poema se titula Venganza y pertenece al poemario de Yahya Hassan, un joven de 19 años que ha revolucionario el panorama literario danés. Es un hijo de palestinos que en los 80 emigraron desde un campo de refugiados a Dinamarca. Dejó los estudios a los 13 años, caminó por la marginalidad, se aficionó a la literatura, y con 19 años publicó un libro que en dos meses vendió en Dinamarca 100.000 copias. Ha recibido duras críticas de la comunidad islámica, y tiene alguna amenaza de muerte. Dicen que tiene un aire a Walt Whitman, y que tiene mucho futuro. El poemario ha sido traducido al castellano por Francisco J. Uriz.

Goizalde Landabaso

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