Katixa Agirre deambula por la Euskal Herria convulsa

Atertu arte itxaron es el título de la primera novela de la escritora Katixa Agirre. Esta gasteiztarra ya había publicado las colecciones de relatos Sua falta zaigu y Habitat, además de varios trabajos dirigidos al público infantil y juvenil. Su nuevo libro tiene algo del espíritu de las road movies, ya que se nos relata un viaje en el que no solo se sucederán varios lugares de Euskal Herria sino que también se irá moviendo el paisaje interior, los puntos cardinales de la protagonista, una joven llamada Ulia. En todo caso, ese viaje que Ulia realiza con su pareja, a quien desea mostrarle su tierra natal, sus lugares más queridos, configura el principal aunque no único hilo narrativo de la novela.

Otro de esos hilos está protagonizado por el compositor Benjamin Britten, cercano al poeta Wystan Hugh Auden. Esta historia se vincula con la trama principal porque Ulia, que es mezzo-soprano, se está doctorando en musicología y realiza una tesis doctoral sobre el compositor inglés, de espíritu profundamente pacifista y reconciliador. De hecho, la joven estudia la influencia que el pacifismo tuvo en su música. En contraste la novela recre335_Atertu arte itxaron_AZALA.indda varios episodios violentos acontecidos en nuestra sociedad, entre otros el 11M y los sucesos de Gasteiz de 1976. Recordemos que durante una jornada de huelga, la Policía Armada lanzó gases lacrimógenos para desalojar a los trabajadores que estaban reunidos en asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, y disparó contra los que salían de la iglesia. Cinco personas resultaron muertas y más de 150, heridas de bala. Por otro lado, y sin ánimo de querer desvelar la intriga, diré que José María Ortiz de Zarate, un preso de ETA, resulta un personaje fundamental en el desarrollo de la novela.

Pero además de estos elementos, pronto sabremos que los puntos de vista de Ulia y el de su pareja Gustavo no son siempre afines. Para ella, el viaje a estas tierras supone algo mucho más relevante de lo que él puede imaginar. Las motivaciones secretas de Ulia son, por cierto, el motor que alimenta gran parte de la tensión narrativa de este libro. En todo caso, la autora ha comentado que Atertu arte itxaron reflexiona también sobre las distintas formas en las que nos enfrentamos a los conflictos, también a los personales. La pareja protagonista prefiere soslayar sus diferencias: “Ez dugu inoiz politikaz eztabaidatzen. Gure artean geratzen diren hari solteak ahaztu egiten ditugu, haiekin txirikordarik egin gabe.

Resulta destacable la solvencia con la que se entrelazan las tramas, la profundidad emocional de los personajes, el retrato social de los últimos años, y el color, la rugosidad que confiere a este texto. Además, y esto es algo que personalmente siempre agradezco, la historia también guarda pinceladas de humor. Especialmente divertido me ha resultado el pasaje en el que Ulia subraya que su pareja no es perfecta y enumera algunos de sus defectos.

Como vemos, son varios los elementos narrativos que van a mantener la atención de las lectoras y los lectores. Y muchos son también los personajes secundarios –Sarah, Joseba, Asier– que contribuyen a generar el armazón emocional de este libro ágil que pone en el asfalto la pérdida, la búsqueda, la traición, la violencia y reconciliación.

Txani Rodríguez

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